Tras dejar su comunidad menonita en Canadá y enfrentar el duelo por los suicidios de su padre y su hermana, Miriam Toews (Steinbach, 1964) compartió su visión de la vida a través una serie de novelas —como Pequeñas desgracias sin importancia y Ellas hablan— que le han valido premios literarios y hasta indirectamente un Óscar (el premio fue para Sarah Polley por mejor guión adaptado de Ellas hablan); hoy Toews se encuentra en la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni), de la UNAM, para hablar sobre la lucha contra el patriarcado en la literatura y sobre cine.

En un encuentro con medios, habló sobre cómo es escribir sobre temas como el suicidio y el abuso sexual, su relación con el feminismo y sobre futuros proyectos cinematográficos. La obra de Toews es casi autobiográfica. Una de sus novelas más destacadas es Pequeñas desgracias sin importancia en el que cuenta, a través de los personajes de Yolandi y Elfrieda, la historia del suicidio de su hermana, quien durante años lidió con su salud mental y pidió a su familia para tener un suicidio asistido.

En Ellas hablan, Toews se basa en el caso de un grupo de mujeres menonitas en Bolivia que eran drogadas por los hombres de su comunidad para abusar sexualmente de ellas. En esta historia, muestra cómo las mujeres comienzan a reunirse en secreto para hacer frente a la situación. Ambos temas son duros, pero una característica de la escritura de Toews es que tiene elementos de humor. “Son temas muy pesados y difíciles. Estoy de acuerdo en que el instinto de los lectores sea evitar leer sobre estos temas, por lo que traté de crear personajes que sean creíbles y realistas. El mundo es muy absurdo y me hace reír, pero también me aterra, creo que es importante tener estos elementos en una novela”, dijo la autora en su visita a la Ciudad de México.

El haber crecido en una familia menonita, ha influido en su obra. Si bien ya no pertenece a una comunidad menonita, se sigue considerando menonita, pero secular. Al hablar sobre el contexto en el que creció, la escritora señala que hubo cosas que le gustaban de ser parte de esa comunidad, pero que no regresaría. También destacó las limitaciones que enfrentan las mujeres menonitas y el estigma que hay hacia las artes. Aun en ese contexto, ella pudo tener acceso a la escritura porque su familia era un caso particular.

“Crecí en una comunidad menonita muy tradicional, conservadora y religiosa, de hecho fue el primer asentamiento menonita en Canadá. Cualquier forma de arte era considerada pecaminosa, ni siquiera podíamos tener instrumentos en la iglesia, los himnos se cantan a capela. Pero mis padres eran una anomalía en la comunidad, eran liberales y habían estudiado; mi padre fue maestro y él me alentó a escribir mis historias y a leer, así fue como comencé a escribir. Hay varios escritores menonitas, pero ellos han sido expulsados de sus comunidades”, contó Toews.

La autora reconocida con premios como el McNally Robinson Book of the Year Award o el John Hirsch Award, conversa con la ganadora del Nobel Alice Munro y con Margaret Atwood y se considera feminista. “Me considero feminista, absolutamente. Sí hay distintas olas de feminismo, pero esencialmente para mí el feminismo es equidad y luchar contra la misoginia. Es una conversación muy grande definir qué hace a uno feminista, pero ahora vemos que para las nuevas generaciones las definiciones anteriores de feminismo no eran compatibles para ellas… El feminismo está evolucionando, pero conforme sigue evolucionando, yo me sigo considerando parte del movimiento”, explicó.