La novia

La novia

¿Qué conflicto hay más universal que el de una suegra y una nuera que no se llevan bien y acaban tirándose de los pelos? Pues de eso trata la serie La novia (en inglés, The Girlfriend) que estrenó Amazon Prime Video en septiembre y que nos ha servido chismes para dar y tomar. Avisamos: no es una ficción para tomarse muy en serio, pero sí una para disfrutar sin complejos.

La novia (The Girlfriend, 2025) no es una historia de amor, sino una guerra de trincheras disfrazada de presentación familiar. Laura (Robin Wright), madre ejemplar y dueña de una vida cuidadosamente pulida, ve cómo su castillo de cristal se resquebraja con la aparición de Cherry (Olivia Cooke), la flamante novia de su hijo Daniel (Laurie Davidson). Lo que debería ser una comida de bienvenida termina siendo el primer round de un combate feroz donde las sonrisas son armas y las copas de vino, municiones.

La trama de la novia parte de la vida de los Sanderson, una familia de clase alta cuya vida toma un giro tras la llegada de Cherry, la nueva novia de Daniel, el hijo de la familia. Aunque de inicio, Laura y su esposo Howard pensaron que se trataría de una relación más en la vida de su hijo, pronto descubrirían que no podrían estar más equivocados. La llegada de Cherry vino acompañada por una serie de sucesos que pusieron en duda su credibilidad. Desde mentir sobre la escuela en la que estudió, hasta hacer todo lo posible por buscar la aprobación de sus futuros suegros, la serie se desenvuelve en torno a las mentiras de la joven y el impacto que tiene en Laura, quien parece ser la única que se da cuenta de lo que sucede a su alrededor.

Aunque la premisa pueda ser típica y el guion en muchos momentos se vuelva un poco loco, lo que juega a favor de‚ La novia es que tenemos a dos muy buenas actrices defendiendo el material: Wright, conocida por‚ House of Cards (quien además produce y dirige tres de los seis episodios), y Cooke, a quien descubrimos en‚ La casa del dragón, consiguen con su buen hacer que el tren jamás descarrile y que, aunque la serie se desquicie, sus personajes sigan anclados a la verdad. También, logran con creces cambiar de registro según la versión que toque representar, plasmando bien ese juego narrativo que se propone.

A lo largo de los seis episodios, la serie juega a mostrar cómo la misma historia cambia de forma según quién la cuente. No hay capítulos “lado A” y “lado B”: hay un tejido constante de miradas torcidas que convierten cada detalle en prueba de cargo. En la versión de Laura, Cherry es una intrusa manipuladora que roba joyas y hasta maltrata al gato. En la mirada de Cherry, Laura es una aristócrata venenosa que se esmera en recordarle que jamás pertenecerá a ese mundo de privilegios. El espectador, atrapado entre ambas, oscila entre la paranoia materna y la sospecha de arribismo, hasta que ya no queda claro si se trata de un thriller familiar o de un torneo de boxeo en slow motion.

El guion de Gabbie Asher y Naomi Sheldon eleva las tensiones a fuerza de pequeñas mentiras y acusaciones cada vez más grotescas, en una espiral que recuerda a La guerra de los Roses (The War of the Roses, 1989). La estética abandona cualquier pretensión de realismo para abrazar la exageración: gritos, golpes bajos y un catálogo de gestos calculados que convierten la convivencia en un espectáculo de manipulación mutua.

Más allá de su envoltorio provocador, La novia funciona como una reflexión torcida sobre el amor materno, el poder del dinero y la fragilidad de las certezas familiares. Su desenlace radical confirma que el melodrama, lejos de ser un género menor, puede ser un laboratorio donde el exceso no destruye la reflexión, sino que la amplifica hasta el absurdo.

Que la hace especial

El suspense no para

No se basa en escenas de acción ni en sobresaltos gratuitos; su tensión surge de la dinámica familiar y de los secretos ocultos. La serie juega con la mente del espectador, obligándonos a dudar de los personajes y de nuestras propias percepciones.

Narrativa ambigua

Cada episodio ofrece información desde distintos puntos de vista, lo que hace que la “verdad” sea relativa. ¿Laura está siendo manipuladora? ¿Cherry es peligrosa o simplemente incomprendida? Este enfoque mantiene el interés hasta el último minuto y provoca debates entre quienes la ven.

Estilo visual elegante y moderno

La serie combina planos cerrados, iluminación tenue y espacios domésticos cuidadosamente elegidos para transmitir la sensación de claustrofobia y tensión emocional. Los interiores, desde la casa familiar hasta los cafés donde se desarrollan escenas clave, reflejan la psique de los personajes y aumentan la sensación de intriga.

Tema universal

Aunque se trata de un thriller, también aborda cuestiones que nos afectan a todos: la maternidad, la confianza, la percepción de la realidad y los límites de la intimidad familiar.

¿La novia tendrá temporada 2?

La temporada 2 de La novia aún no ha sido confirmada. Sin embargo, el final de la serie demostró que existe un margen para la libertad creativa. Mientras que en el libro Cherry muere al final, en la serie es Laura quien se enfrenta a ese destino, y aunque no hay nada por seguro, esto indica que la historia podía continuar de otra manera.

Elenco de primer nivel

Robin Wright (Laura Sanderson). Wright es una actriz que sabe transmitir con un solo gesto toda la tensión interna de un personaje. En La Novia, combina fragilidad y fuerza, miedo y determinación, haciéndonos sentir que estamos viendo a alguien real enfrentando una amenaza invisible. Cada mirada suya nos hace preguntarnos si estamos viendo a una madre paranoica o a una mujer que percibe un peligro real.

Olivia Cooke (Cherry). Con un magnetismo inquietante, Cooke se mueve en la fina línea entre encanto y amenaza. Cada palabra y cada sonrisa de Cherry parece contener un doble sentido, y su interpretación es tan ambigua que te mantiene adivinando hasta el último episodio.

Laurie Davidson (Daniel). Davidson interpreta a un hijo atrapado entre su amor por su madre y su relación con Cherry, un papel que requiere sutileza. Su interpretación es esencial para que la tensión familiar se sienta auténtica y emocionalmente convincente.

Francesca Corney y Waleed Zuaiter. La primera aporta el punto de vista externo y un alivio momentáneo con su humor sutil, mientras que Zuaiter muestra cómo la lealtad y el amor pueden complicar aún más la dinámica familiar cuando el conflicto se intensifica.