Una retrospectiva conformada por 125 piezas resultado de cinco décadas de trabajo del artista surrealista Alan Glass (Montreal, 1932-Ciudad de México, 2023) se podrá apreciar en el Museo del Palacio de Bellas Artes con la exposición “Impresionante hallazgo”, la cual se enmarca en el centenario de la publicación del “Manifiesto del Surrealismo”.
La muestra es una selección “íntima y amplia” de la producción de Glass, ya que muchas de las obras seleccionadas se encontraban en la casa del artista, quien radicó en la colonia Roma durante parte de su vida en el México, además de otros trabajos que estaban en su taller, y algunas prestadas por coleccionistas mexicanos.
La curaduría de la exhibición incluye la creaciones de Alan Glass con “cajas-objeto” que construyó con materiales encontrados en mercados de pulgas y bazares de la Ciudad de México. Esta faceta, explican los curadores Joshua Sánchez y Xavier de la Riva, es una muestra de ciertos conceptos que el creador abordó durante su carrera, como la muerte, el deseo, los viajes y la naturaleza.
Glass, quien se inspiró en la cultura mexicana y la introdujo en su corriente surrealista, utilizó objetos de la vida cotidiana como botones, cabello, insectos, hojas e incluso cascaras de huevo para sus distintas obras y ensamblajes.
Secciones
Dividida en tres secciones, la exposición comienza con la sala Bitácora de viaje: una introducción al artista, en donde se exhiben sus dibujos automatistas, así como una variada selección de íconos surrealistas en diferentes materiales.
“Nos dimos cuenta de que el estudio y la casa de Alan Glass puede ser leído como una propia obra, porque encontramos toda clase de objetos recolectados a lo largo de su trayectoria, como ensamblajes terminados y materiales de trabajo”, detalla Joshua Sánchez.
La segunda sección consta de la obra del artista de los ensamblajes de cajas con diversos materiales. “Las cajas se relacionan con temáticas ocultas, no quisimos mostrarlas directamente, pero ahí están, sin embargo, se puede observar su relación e influencia con la naturaleza, por eso la sala gira en torno al poder de la contemplación y la creación”, explicó Xavier de la Riva.
La exhibición también incluye la curaduría del investigador sueco Kristoffer Noheden, quien habló de la trayectoria de Glass y su influencia en la historia del arte. “La obra de Alan Glass pueden entenderse como la formación de un atlas poco convencional, animado por una visión surrealista de la realidad, que va más allá de lo evidente; capturó cartografías físicas como lugares en un reino metafísico de sueños y visiones transformando su arte en un atlas de la imaginación”, expresó.
La última parte se titula “El jardín de las diosas” y abarca pinturas, esculturas y ensamblajes que apuntan a ideas como el misticismo y la espiritualidad. “Aquí vemos una selección de pinturas de Glass que muestra un jardín abundante bajo el signo de una diosa, vemos su acercamiento con principios femeninos y de conexión con el cosmos. Glass buscaba representar lo invisible, aspectos de la realidad ocultos, ya sea que lo entendamos como el inconsciente o como fuerzas divinas”, detalló Noheden.