La palabra como lenguaje artístico es el primer libro que estudia el uso de la palabra en el arte mexicano de los siglos XX y XXI, una investigación de la maestra de arte Eloísa Hernández Viramontes.
El libro, publicado por Saenger Editores, funciona como un detallado recorrido por la historia del arte moderno, pero especialmente contemporáneo de México, pues Hernández rastrea este camino de la palabra en el arte hasta las vanguardias, donde la experimentación llevó a escritores como José Juan Tablada a escribir sus famosos caligrafías en Línea-Po y otros poemas, de la década de 1920.
El texto en obras de arte continuó presente en creaciones de artistas como Frida Kahlo; sin embargo, la investigadora considera que es a partir de Mathias Goeritz que la palabra empezó a tener un tratamiento más escultórico.
El recorrido histórico lleva a piezas de artistas como Mónica Mayer, con El tendedero; Ulises Carrión, con The Poet’s Tongue; Lorena Wolffer, con su obra Este es mi palacio y es totalmente de hierro, Marilá Dardot, con Diario; Laos Salazar y su serie My idols are dead (And my enemies are in power), hasta arte pandémico e inspirado por la cultura del “meme”.
Hernández Viramontes decidió hacer este libro cuando vio que no había información bibliográfica al respecto. Considera que si el tema no se había abordado con anterioridad se debe a que “ha sido un tipo de práctica que en algún momento ha sido polémica”.
Con esto, la investigadora se refiere a que personas del gremio han debatido que una obra hecha exclusivamente con texto más bien es filosofía, literatura o poesía: “Yo creo que esta polémica ha hecho que estas piezas no hayan sido estudiadas profundamente”.
Pero a todo esto, las piezas con mensajes, ¿qué hace que sean arte y no un cartel común?, se le pregunta a la estudiosa, quien señala: “Podemos verlo a partir de la gráfica del movimiento del 68, aunque estas piezas estaban trabajadas con la intención de una causa social, son propuestas gráficas que en la actualidad ya son leídas como obras de arte. En algunas ocasiones se presentan en formatos con los que estamos familiarizados, como diseño gráfico, caligrafía, grafiti, y a veces, es identificarlos como arte con los términos que normalmente conocemos en las disciplinas artísticas. En lo personal, sí creo que los carteles tienen como muchas características que pueden convertirlos en obras”.