Para Marilyn Uribe en la última temporada de Narcos México hay un antes y un después que no es perceptible al público. La actriz que interpreta a Alicia María, una de las integrantes del cártel de los Arellano Félix, recuerda esta parte de la historia como una de las más largas y difíciles de grabar. La pandemia detuvo la producción al menos dos veces.

En marzo fue la primera vez que pausaron. Todos acataron el confinamiento estricto con la intención de volver a grabar pronto, pero no fue hasta octubre que retomaron la filmación. Durante una entrevista con Uribe reveló los detalles sobre cómo fue volver a grabar la producción de Netflix en medio de una pandemia.

“Muchas de las escenas que grabamos fueron nocturnas porque eso ayudaba a que no hubiera tantas persona involucradas, pero fue un reto no perder el hilo porque sí tardamos más de un año en terminarla”, contó Uribe. “No hubo casi contagios porque la producción se lo tomó muy en serio, nos cuidaban incluso cuando no estábamos grabando”, agregó. Una segunda pausa sucedió a finales del 2020, pero al volver las medidas eran mucho más estrictas. La serie finalmente se estrenó el pasado 5 de noviembre y en la trama no dejó ver las dificultades que causaba el virus mundial.

Los cubrebocas, el gel antibacterial y la toma de temperatura eran parte de las medidas que se vigilaban desde una pequeña carpa destinada únicamente a la prevención de contagios covid-19, pero además se acataron medidas previas para cada integrante del crew, lo llamaban “La burbuja de Narcos”, según detalla la actriz mexicana.

“Un mes y medio antes de retomar nos empezaron a hacer pruebas cada dos días, no era necesario que nos moviéramos de casa, nos mandaban a una persona que nos hacía la prueba… Había médicos en los sets y si te tocaba grabar te tenían que hacer la prueba ahí en el set, usábamos unas caretas especiales”, detalló Marilyn. Además el equipo se dividió en tres partes que se distinguían por color. Los de producción, los de maquillaje y las personas con carácter más externo como quienes se encargaban del catering, cada grupo tenía límites de acercamiento. “Entre ellos traían un monitor pequeño, como una usb que si rebasaban la distancia empezaba a sonar, entonces sabían qué personas habían rebasado la sana distancia y aunque una persona estuviera contagiada y los demás no, mandaban a todos a hacerse prueba y a cuarentena”.

La última parte de la serie que se centra en varios de los carteles más importantes de México teniendo como protagonista al grupo de Tijuana, de donde Marilyn es originaria; será un viaje entre el esplendor y el desplome de Los Arellano Félix, quienes en la vida real fueron aprehendidos desde principios de los 2000.

“Esta temporada habla mucho de la ciudad de Tijuana, sobre la investigación de los periodistas que estaban involucrados en el Semanario Zeta, cómo terminaron Los Arellano y la rivalidad que tenían con El Chapo; creo que se basa mucho en la realidad y estoy muy conforme con el rumbo que llevo esta última temporada que no busca glorificar a los personajes aunque sí muestran un poco más el lado humano que a veces nos olvidamos”.