El camino que siguieron las relaciones amorosas y sexo afectivas durante la pandemia del covid-19 será mostrado por Hugo Catalán, uno de los actores principales de los seriales El juego de la llaves y Amarres.

Junto con Mauricio Rico, integra el elenco de La huella de los besos, película dirigida por Julián Hernández, realizador que ha escudriñado los vaivenes de los sentimientos en cintas como Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor y El cielo dividido.

“Durante la pandemia se destruyeron varias (relaciones), hay un poco de eso, y de la neurosis que a todo mundo nos atacó. En el caso de nuestros personajes, hay una relación sexo afectiva, más que de pareja”, señala Catalán, de 40 años.

El contenido de la cinta se rodó durante la primavera pasada en locaciones de la Ciudad de México como cortometrajes que, al unirse, formarán un largo ahora en posproducción. “La manera en que filma Julián es maravillosa, si ha pasado tiempo y de repente ya no macha la continuidad por algún motivo, él siempre encuentra la manera de resolverlo, como que (en la historia) haya pasado tiempo, haya un ‘flashback’ u otra realidad, tiene un buen dominio de lo que quiere contar”, expresa.

Esta es la segunda ocasión en que trabaja con Hernández luego de que hace casi una década realizaron “Yo soy la felicidad de este mundo”, estrenada en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Catalán estuvo muy activo el año pasado al forma parte de la serie Mi tío, la reversión de Los ricos también lloran y el filme Háblame de ti.

A la par de su carrera frente a la cámara, en la que destaca su participación en la película Fuego adentro, Catalán siguió practicando la dirección con el videoclip de “Miénteme”, nuevo sencillo del proyecto musical independiente Silencios Cósmicos, con el que ya había laborado meses antes en Tren al olvido. “Es una chava de Matamoros, cantante de ópera, que trae un concepto alternativo, ‘underground’, sin muchos apoyos”, señala.

Para Tren al olvido, refiere, “nos subimos al Ajusco un día que cayó una tormenta eléctrica, y apenas alcancé a filmar todo lo que yo quería, porque el clima nos hizo bajar. Lo filmamos con 500 pesos, algo muy simbólico, fue una cosa de apoyo total porque creo también se vale y voy a explorando también a partir de eso mis posibilidades de realizador”.