Este 3 de mayo, hojeros de Suchiapa continuarán con la tradicional fiesta en la que ofrendan la flor de la espadaña para adornar el altar en honor de la Santa Cruz.
Siguiendo esta milenaria tradición, de la cual no se tienen registros exactos de cuándo comenzó, cientos de hombres y niños salen de sus hogares el día 26 de abril con rumbo al cerro de Nambiyuguá, que se encuentra cerca de Villaflores y donde se da la planta silvestre. Ahí los hombres descasan y luego, por la mañana, ascienden a la cima del cerro para cortar las hojas.
De acuerdo con Mario Mundo Salinas, originario de Suchiapa, la hoja de la espadaña es una planta milenaria por la cual hay que ir hasta el cerro de Nambiyuguá y subir a 2 mil metros sobre el nivel del mar, luego envolver las hojas en un petate, sujetarlas con ixtle y cargarlas por más de 100 kilómetros.
Mario Mundo explica que la ofrenda es traída por personas que hacen una promesa ante el Señor y que esa promesa es propiamente de un sacrificio corporal, por lo que se tiene que ir hasta el lugar, subir a la cima y hacer todo el recorrido tal y como marca la tradición.
Comenta que la tradición comienza con la ida a la iglesia para recibir la bendición, y luego se hace un recorrido por los altares de cada persona que irá a recolectar la hoja de la espadaña, que significa vida. Este lunes 1 de mayo los hojeros llegaron al río, dando inicio a las actividades de esta fiesta costumbrista que culmina el día 5 de mayo con actividades artísticas y culturales.
Una de las razones por las que se sigue esta tradición tiene que ver con el ciclo de rituales agrícolas que los zoques llevan a cabo para pedir lluvias y cosechas abundantes. Este año, cabe destacar, el grupo de hojeros tuvo que hacer un pago ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para poder cortar las hojas de esa planta que se encuentra protegida por dicha institución.