La trilogía de la crueldad

La trilogía de la crueldad

Antes del estreno de Perfume de violetas, Maryse Sistach, en colaboración con José Buil, ya había dirigido seis producciones cinematográficas; sin embargo, fue la cinta protagonizada por Ximena Ayala y Nancy Gutiérrez la que hizo que su trabajo se conociera exponencialmente; de esta cinta deriva su conocida “trilogía de la crueldad”.

La palabra incomodidad podría describir no al cine de Sistach y de Buil, pero sí la sensación que produce en los espectadores, ni qué decir de la audiencia de principios de siglo que no terminaba de comprender el trasfondo de la historia de Yessica, la protagonista de Perfume de violetas.

En 2021, cuando la película cumplió 20 años, la cineasta y también antropóloga explicó a Cine Premire que, a través de la narrativa, había un punto capital por exhibir, la carencia de la política sexual en la sociedad.

Yessica, interpretada por Ximena Ayala, es abusada sexualmente, no sabe a quién recurrir y, por las amenazas, se ve impedida de hablar de la situación que enfrenta, aunado a eso, se enfrenta a sus primeros ciclos menstruales que, por su situación económica, enfrenta con dificultades que la llevan a sufrir bullying y discriminación en su escuela secundaria. “Seguíamos como al principio del siglo XX, con valores retrógrados, como el que de las chicas se tenían que conservar vírgenes hasta su matrimonio ante la iglesia”, dijo Maryse a la revista.

Inspiración

Para esta película, la cineasta se basó en un artículo de periódico que leyó durante la década de los ochentas, el titular rezaba que una adolescente había acabado con la vida de una de sus amigas, luego de entablar una discusión; la primera de ellas le había robado un perfume a la segunda.

De acuerdo al artículo, la joven quería el perfume de su amiga porque, al roseárselo, trataba de atenuar el olor que percibía tener luego de ser abusada sexualmente por los amigos de su hermano.

Cuatro años más tarde, en 2005, estrenó Manos libres, cinta protagonizada por Alejandro Calva, Luis Gerardo Méndez y José Carlos Femat. Se trata de una mañana en la vida de dos jóvenes de clase media alta que tratan de secuestrar a dos adolescentes; el objetivo de los universitarios es usar el dinero del rescate en un viaje a Acapulco. Sin embargo, las jóvenes que deciden persuadir para que los acompañen a una función de cine, mientras se comunican con uno de sus padres, en realidad, no tienen el poder adquisitivo que ellos creen, lo que agudiza la situación.

En 2007, Sistach y Buil concluyen su trilogía con La niña en la piedra, una película en la que aparecen Sofía Espinosa y Gabino Rodríguez como protagonistas.

La cinta está ambientada en una comunidad rural, en la que Gabino, interpretado por el actor del mismo nombre, pretende a su compañera de clase y vecina, Maty y al ser rechazado por la joven, que solo está interesado en él como amigo, trama una venganza que produce que ella casi pierda la vida. Este evento traumático produce que Maty quede en estado de shock y su proceso de niñez a adolescencia se trunque.

Los creadores de la película se inspiraron en varios acontecimientos que, durante un taller con el elenco, los actores contaron que habían atravesado durante sus años escolares, relacionados con bullying y discriminación.