Imagina un animal que se acurruca con otros cuando está estresado, cuida a sus crías, pasa el tiempo con sus parientes y se reúne en grandes grupos cada año. ¿Te imaginaste una serpiente de cascabel? Durante mucho tiempo, los científicos no creyeron que las serpientes pudieran encajar en esta descripción.
Existían dos grandes mitos: uno, que las serpientes actuaban principalmente por reflejo; y el otro, que no suelen agruparse, ya que las personas generalmente solo se encuentran con una serpiente a la vez. Así que existía la idea de que simplemente no eran animales sociales
Pero en los últimos años, investigadores descubrieron en experimentos de laboratorio y de campo que numerosas especies de serpientes, desde serpientes de cascabel hasta pitones, tienen vidas sociales sorprendentemente activas, lo que sugiere que los investigadores subestimaron durante mucho tiempo a un grupo de animales extremadamente incomprendido y amenazado.
¿Por qué es tan difícilestudiarlas?
Las investigaciones revelaron qué los cocodrilos y los lagartos tienen vidas sociales dinámicas, pero las serpientes recibieron poca atención en este sentido hasta hace poco. Parte del problema para estudiar el comportamiento social de las serpientes radica en que, incluso más que otros reptiles, son bastante reservadas.
La mayoría de las veces ni siquiera se las ve; se esconden en algún lugar. Las serpientes también llevan una vida muy diferente a la de la mayoría de los mamíferos y las aves, que suelen vivir a la intemperie, lo que facilita su estudio. En lugar de exhibiciones o vocalizaciones extravagantes, pasan la mayor parte del tiempo escondidas y dependen en gran medida de su olfato.
Serpientes amigas
El mundo de una serpiente se compone principalmente de rastros y señales químicas, lo que hace que su perspectiva sea inaccesible para animales más visuales como los humanos. Esa es una de las razones por las que los investigadores interesados en el comportamiento social de los reptiles tendieron a prestar atención a una serpiente en particular, la culebra de liga de flancos rojos. Esta especie se encuentra desde el medio oeste estadounidense hasta Manitoba, Canadá, da a luz crías vivas en lugar de poner huevos e hiberna en grandes grupos durante el invierno. Cuando emergen en primavera, forman grupos de apareamiento de miles de serpientes, las culebras de liga parecían una especie idónea para observar más de cerca. “Eran el grupo que ya sabíamos que presentaba algún tipo de comportamiento social”, indican.
Los científicos comenzaron con experimentos para observar cómo aprenden las serpientes de liga orientales, pero se toparon con un problema: las serpientes son difíciles de motivar. prácticamente, no les importaban muchas de las tareas que les asignaban.
En lugar de eso, decidieron simplemente observar a las serpientes para ver qué hacían. Construyeron un recinto abierto con varios refugios diferentes y colocaron dentro 40 crías de culebra rayada oriental, cada una marcada individualmente. Al grabar a las serpientes y rastrear sus movimientos en el recinto, recopilaron datos sobre qué serpientes se congregaban.
En los resultados publicados, descubrieron que las crías no solo preferían agruparse, sino que también tendían a permanecer más tiempo en refugios ya bien ocupados y coordinaban sus salidas para explorar. Además, parecían preferir asociarse con otros individuos específicos, “lo que coloquialmente llamamos ‘amigos’”.












