En una industria cada vez más plagada de secuelas, remakes e historias derivativas, los directores Maggie Kang y Chris Appelhans nos traen un alocado musical sobre una banda de k-pop de cuya música depende el destino del universo. Con canciones pegajosas, un divertido estilo de animación y una premisa original, Las Guerreras K-pop es una entretenida aventura sobre autoaceptación y redención.
Rumi (Arden Cho), Mira (May Hong) y Zoey (Ji-young Yoo) se encargan de mantener a raya a los demonios que quieren comerse el alma de los seres humanos y dominar la Tierra. Estas mujeres no solo luchan mediante armas y técnicas de pelea: también son una banda de k-pop llamada HUNTR/X cuya voz mantiene vivo el campo de energía que encarcela a los demonios en el inframundo.
Cuando están cerca de cumplir su misión y deshacerse de las entidades malignas para siempre, una nueva amenaza surge: los Saja Boys, una irresistible boy band de demonios disfrazada de humanos. Ahora las chicas no solo deben evitar que las malvadas criaturas roben almas, sino también a sus fans.
Kang y Appelhans usan el contexto del k-pop para traer a la pantalla secuencias de batalla mezcladas con números musicales que dan como resultado una alocada y entretenida aventura de autodescubrimiento. En lugar de buscar el realismo, los directores usan el elemento del espectáculo y el arte de la animación con mucho ingenio; la escena del inicio, por ejemplo, nos presenta al trío de heroínas peleando con un grupo de demonios mientras se lanzan de un avión que se destruye a pedazos y concluye con ellas cayendo en medio de un estadio lleno de fans eufóricos por la extravagante entrada, todo esto mientras rapean en el aire o dan espadazos al ritmo de la música.
Música y acción
La cinta toma elementos del ánime para jugar con la comedia, como cuando les surgen corazones voladores de los labios, sus ojos se convierten en mazorcas de maíz al ver los abdominales de uno de los demonios o sus caras generan expresiones exageradas de enojo, tristeza o felicidad, como lo hizo Turning Red. Estos momentos cómicos se combinan bien con las secuencias más oscuras de la historia, en la cual los demonios muestran su verdadera cara y podemos ver por qué representan una amenaza para nuestras protagonistas.
El director de animación, Joshua Beveridge (jefe de animación de personajes en Spider-Man: into the Spider-Verse y The Sea Beast) aprovecha la naturaleza dramática y teatral del k-pop para enfatizar las emociones de sus personajes mediante los números musicales, ya sea la euforia de un concierto al estilo de Blackpink o la desolación de un mundo a punto de ser devorado por demonios.
Los directores trabajaron con productores musicales del mundo del k-pop para hacer las tonadas pegajosas, coherentes con el género y que a la vez construyeran el desarrollo de la historia y los personajes. Un ejemplo de esto es “Soda pop”, el hit que presenta la banda de demonios para cautivar a los humanos. Aunque en principio es una melodía divertida e inocente con toques de rap, en realidad la letra habla de cómo los demonios quieren comerse a su víctima y no pueden dejar de pensar en ella. Sus verdaderas intenciones están ocultas bajo una envoltura acaramelada e irresistible, como los personajes.
La trama se complica
En cuanto a la historia, Las Guerreras K-pop explora cómo la presión por llegar a cumplir un objetivo puede a veces alejarte de ser tú mismo. Este conflicto se ve reflejado no solo en la responsabilidad de las chicas por salvar el mundo, sino también en su miedo a ser relegadas a segundo lugar en una industria tan competitiva como es la musical. La única forma en la cual los demonios encuentran la manera de poder hacerle frente a las chicas es mediante la competencia en el espectáculo, lo cual les hace ver a estas cuán volátil es realmente la fama y el reconocimiento de los fans, y por qué es importante quererse a sí mismas más allá de su profesión como cazadoras/cantantes.
El guión también trata temas de autoaceptación mediante el personaje de Rumi, quien guarda un terrible secreto que solo Jimu (Ahn Hyo-seop), el líder de la banda de demonios cantantes, parece entender. Esto hace a la chica no solo dudar de sí misma sino también de su misión como cazadora y de si todos los demonios son realmente los monstruos que le han pintado desde la infancia. Esta subtrama da paso a una balada melodramática digna de un buen dorama que le suma complejidad a la historia.
Aun con todas estas virtudes, justo es en la trama donde la película cojea más. Hay varios huecos, como personajes que podrían haberse borrado sin afectar en nada la historia, la nula explicación del origen del secreto de Rumi o la falta de profundización en el de resto demonios más allá de Jimu. Esto último en particular le resta fuerza al mensaje de autoaceptación y de ver al resto más allá de sus errores. Aunque estos detalles se compensan con la energía y creatividad de la cinta, sí evitan que sea redonda.
No importa si eres k-poper o no, Las Guerreras K-pop tienen un poco de todo para entretenerte y mantenerte cantando en tu asiento por hora y media. Su originalidad y vivacidad son casi tan contagiosas como sus canciones. Tal vez al finalizar hasta consideres ir a un concierto de k-pop, en una de esas estás contribuyendo a salvar al mundo.