Laura Restrepo contra el poder absoluto

Un mundo donde se acabaron las leyes de respeto por la vida, un mundo de sálvese quien pueda. Una parodia de los tiempos que estamos viviendo, la época de terror con personajes ficticios, fantásticos, irracionales, locos son parte del universo que crea la escritora colombiana Laura Restrepo en su novela Soy la daga y soy la herida (Alfaguara)

La escritora define a su obra como “una diatriba contra el poder absoluto, su degradación y, al mismo tiempo, su ridiculez”. Abismo y Misericordia Dagger son los protagonistas de esta historia con mucha violencia, “porque no podemos darle la espalda a lo que está pasando, pero detrás está una historia de amor que descubre la factibilidad de revelarse contra el horror”.

Brutalidad retratada

En entrevista, la autora de Dulce compañía y Delirio detalla que Abismo es un dios cruel de cuyo capricho depende la vida o la muerte de las personas, y Misericordia Dagger un verdugo metódico e inflexible.

“Abismo es representado como una divinidad que se aparece de manera espectacular, cinematográfica, para ordenar quiénes deben morir. Es un tanatócrata, un déspota dueño de vida y muerte. Se deja ver como un cisne, una mujer desnuda o el fuego. Lo quise caricaturizar como un Dios, porque hoy en día se acude a la religión para ejecutar las matanzas. Es como los gobernantes que tenemos ordenando la muerte de pueblos enteros, inmigrantes, quiero sacarlos, quiero quitarlos”, comenta.”

“Y Misericordia Dagget es quien ejecuta las muertes, el cortacabezas al servicio de Abismo. Es un verdugo ilustrado. Cita a los escritores. Ve películas de Bertolucci. No es cualquier tontarrón. Eso permite que evolucione”, abunda.

“Es un personaje atroz y un poco payaso, tragicómico. Dice que su vida y su escritura conforman un género literario que se llama ‘brutal noir’. Él lo inventa para las novelas de genocidio, decapitaciones, matanzas”, señala.