El filólogo e investigador mexicano Alejandro Higashi trabaja en dos proyectos sobre poesía que podrían publicarse este año. El primero es divulgativo para insertarse en la colección Manuales que edita la Academia Mexicana de la Lengua, institución a la que ingresó en 2015; el otro es una investigación ambiciosa sobre la historia del poema largo y del poemario en México, que intenta dar una visión de conjunto de que lo que está dentro del canon patriarcal y de las mujeres poetas que están fuera.
“Justo en este momento estoy trabajando y tengo más de 500 páginas de una historia del poema largo en México y del poemario en México y donde intento dar una visión de conjunto de lo que estaba en el canon patriarcal, pero de lo que está fuera de ese canon y que también es muy valioso para entender desarrollos de la poesía que hoy, por lo menos en un libro, no están presentes y tienen que estarlo porque las obras de estas poetas mujeres estuvieron ahí, son asequibles, las podemos leer y tendrían que estar”, señala el investigador y académico.
Investigaciones
Se trata, agrega, de investigaciones en proceso justamente con la intención de difundir la poesía, de hacerla más asequible y que genere más lectores y lectoras.
Sobre la investigación de poetas que no están en el canon, menciona obras como Yo soy mi casa, de Guadalupe Amor; Los dedos de la mano, de Alaíde Foppa; Anatomía superficial, de Griselda Álvarez; o Las urgencias de un Dios, un poema extenso de Enriqueta Ochoa. Además de publicaciones de muchas escritoras en la revista Rueca, que no ha sido debidamente valorada.
Dice que Rueca fue una revista muy importante en el horizonte nacional, pero de la cual se ha hablado muy poco en las historias de la literatura, “es una revista que se publica a lo largo de 11 años con financiamiento independiente obtenido a través de la publicidad, una revista muy interesante porque justo su propuesta estética apunta siempre, con todo el rigor de la poesía, a un lenguaje de mayor claridad que sea más expresivo, que busque otros temas porque también hay que decir que en el canon patriarcal, pues a veces los temas fueron muy limitados: el tiempo, la transparencia, la razón, el raciocinio patriarcal, etcétera, en cambio una revista como ‘Rueca’ tiene otras bases”.
Alejandro Higashi asegura que, pese a eso, es una publicación de la cual hay poca información en las historias literarias porque no ha creado como Contemporáneos o como Taller una generación alrededor de la revista y de la cual se habla, y eso le parece muy injusto.
“‘Contemporáneos’ es una revista que duró unos tres años, pero da nombre a toda una generación de la primera mitad del siglo XX, pero Rueca está presentando las bases de lo que va a ser después la poesía conversacional y que va a ser tan importante en la segunda mitad del siglo XX, pero no se le reconoce y varias de las autoras que están ahí como Carmen Toscano, María Ramona Rey, que fue de las editoras iniciales, Pina Juárez Frausto, y muchas otras, no tienen este reconocimiento”, afirma el doctor en Literatura Hispánica por El Colegio de México y profesor investigador de la UAM Iztapalapa.