Como opciones para que los niños de hasta seis años descubran el mundo, siete puestas en escena de teatro-danza, títeres y performance, a cargo de compañías de Argentina, Brasil, Polonia y Chile, entre otros países, conforman el IV Encuentro Internacional de Artes Escénicas para los Primeros Años Infancia, Territorio de Paz. El evento es itinerante y abarca, proporcionalmente, puntos clave del territorio nacional: viene de un circuito que hubo en Tijuana, Baja California, pasa por Ciudad de México y sigue en Xalapa, Veracruz.

Para Michelle Guerra, directora tanto del encuentro como del colectivo Teatro en Espiral, el reto de llevar artes escénicas a los más pequeños implica mostrarles a los padres que las infancias tienen una dimensión distinta: “Es decir, la manera en la que ellos pueden conocer el mundo, digamos, a través de algo mucho más social que la familia o la propia guardería es el teatro. Es un derecho cultural que tienen las niñas y los niños como sujetos, está reconocido en la Convención de los Derechos de las Niñas y los Niños. Pero sabemos que esto no es suficiente, entonces estamos generando un medio donde se pueda ejercer ese derecho a la belleza a través de las artes”.

Este encuentro surgió en 2021, con el impulso del Centro Cultural Tijuana, y a partir del siguiente año empezó como un circuito más allá de Tijuana. Si bien, apoyos como el de Iberescena y el Centro Cultural Tijuana han sido fundamentales, en Ciudad de México el Programa de Teatro para niñas y niños de la Coordinación Nacional de Teatro (CNT) fue esencial. Entre las obras que se presentan destacan Vuelo de luz (Chile), FLOU (Brasil y España), La casa dada vuelta (Argentina) y Con-Templar (México) en la Titería; así como Between (Argentina-Brasil) y Achadouros (Brasil) en el Centro Cultural del Bosque.

Sobre la forma en la que las infancias se involucran con una pieza performática, Guerra explica que es un proceso a través del juego, lo lúdico, la manera en la que interactúan y la participación en piezas de carácter artístico. “Hay obras muy abstractas como Punto y línea, que cuenta la historia de un punto invisible, una línea, unas pelotas... Propiamente no es un tema social, sino cognitivo, pero muestra la pluralidad del programa”, explica. “Las obras abordan preguntas que nos hemos hecho y que se desarrollan a través del lenguaje de las artes”.

Es importante destacar que las funciones son exclusivas para edades específicas y de esta manera son anunciadas.