Se ha consolidado como uno de los it-boys mejor vestidos del planeta. A sus 35 años, el actor que saltó a la fama en la serie británica Skins está acaparando los reflectores.
Apuesta fuerte en la premier
Durante la premier de Superman en Los Ángeles, llevó un blazer de la casa francesa dirigida por Anthony Vaccarello. De la colección otoño-invierno 2025, el saco se complementaba con una corbata a rayas, así como unas emblemáticas botas altas de cuero popularizadas durante el desfile masculino otoño-invierno 2025-2026, que había acompañado con anillos de David Yurman y un reloj Jaeger-LeCoultre.
Elegancia moderna
En la premier londinense, Nicholas apostó esta vez por la sastrería italiana de Bottega Veneta. Un conjunto gris, ligeramente oversize, y cubierto por finas y sublimes rayas, que el actor combinó con una corbata púrpura y elegantes mocasines de charol.
Una clave casual
En esta ocasión un look más casual con una chamarra de cuero de Burberry de la colección otoño-invierno 2025. Esta renovación en su vestimenta se debe en parte a su estilista, quien cuenta entre sus clientes a grandes nombres masculinos como Michael B. Jordan, Aaron Pierre o el basquetbolista Stephen Curry. Fue él, Jason Bolden, quien tuvo la idea de inaugurar el maratón de moda del actor al margen de las alfombras rojas con varias apariciones muy comentadas en Nueva York.
Para pasear por la mañana
En el corazón de la Gran Manzana, en una serie de salidas street style cuidadosamente calculadas, descubrimos a un Nicholas Hoult más radiante que nunca, apareció con un traje marrón de Tom Ford por Haider Ackermann, con una chaqueta abierta y una camiseta beige de algodón visible.
Más relajado
Lo vimos con una camiseta sin mangas blanca cubierta por una camisa amplia de manga corta, siempre en los mismos tonos marrón.
Cerrando la jornada
Se le vio vestido con una camiseta sin mangas, los bíceps al descubierto y un suéter anudado alrededor del torso. ¿La pieza clave del look? Unos fabulosos jeans blancos inmaculados y oversize de Celine. En cuanto al accesorio emblemático de estas apariciones neoyorquinas, fue el mismo en dos de los tres conjuntos: el bolso Buckle de Prada.
