La artista transdiciplinaria Lorena Mal (CDMX, 1986) plantea una reflexión sobre los tiempos geológicos en relación con las huellas que dejan los seres humanos en los lugares que habitan. Esta reflexión, que parte de un proyecto de investigación de amplio alcance, se materializó en Fosilífera. Piedra partida, la cual puede apreciarse en el Museo Regional Mixteco-Tlayúa, en Puebla, perteneciente al Instituto de Geología de la UNAM.

Se trata de una obra audiovisual o, de acuerdo con Lorena Mal, una pieza de cine fósil. El filme es un registro detallado de la cantera Tlayúa, ubicada en la población Tepexi de Rodríguez, en la Mixteca Poblana, sitio fosilífero único en el mundo, que todavía resguarda miles de fósiles por la sedimentación de las rocas del sitio.

En entrevista, la autora detalla que se interesó en trabajar en el lugar porque le pareció sorprendente la historia paleontológica con la que se cuenta, ya que, de acuerdo con las investigaciones científicas, el sitio primero fue un mar, luego una laguna y hoy un desierto, cuyos drásticos cambios de temperatura provocaron la muerte de cientos de especies y a la vez fueron la causa de la conservación de fósiles, que hacen de Tlayúa un punto de investigación para entender más sobre la historia de la vida en el planeta.

“Llegué a Puebla con un interés más sobre el paisaje. Conocí este sitio (Tlayúa) en una conversación con un geólogo, en donde abordamos procesos de fosilización en el paisaje. Y justo, una constante en mi trabajo es la desaparición y permanencia de las cosas, pensar en por qué algo se preserva o no, y creo que aquí se piensa en ese cruce entre lo arqueológico y lo paleontológico, esa frontera de cómo entendemos estos restos”, apunta Lorena Mal.

Asimismo, destaca que las piedras de la cantera de Tlayúa guardan impresiones de animales y plantas de épocas muy remotas y registros muy detallados, lo que la convierte en un sitio único. “Del sitio se desprenden preguntas totalmente contemporáneas, sobre todo el tema de la extinción de fauna hoy, que está muy acelerada desde hace 30 años, así como las condiciones de migración de los humanos y animales ante lugares que son prácticamente inhabitables por el cambio climático”, refiere.

Sobre Fosilífera. Piedra partida, la artista explica que se trata de una obra totalmente cinematográfica que aborda la cantera de Tlayúa y su relación con la comunidad. “Es una pieza de 18 minutos que registra un año de grabaciones, son gestos y aproximaciones de las preguntas que hemos platicado, y registra exploraciones para entender las ruinas precoloniales, luego saltamos a unas pinturas rupestres desconocidas y pasamos a ver unas huellas de camello y el trabajo de la comunidad”, detalla.