Los Mitchell contra las máquinas

Los Mitchell contra las máquinas es una cinta producida por Sony Pictures Animation y distribuida por la plataforma de streaming: Netflix. Tiene un tono cómico y a la vez, conmovedor, entretenida tanto para chicos como para grandes; no por nada fue una de las nominadas por la Academia a mejor película animada.

La historia presenta una familia en la cual la relación entre hija y padre, no funciona muy bien; él, por medio a que ella fracase y se sienta triste al no alcanzar sus sueños, no muestra gran interés en los cortometrajes que realiza, acción que a su hija repercute gravemente ya que hacer cine es su sueño y pasión, esto la alienta a querer huir de casa hacia la universidad.

Esta línea de la trama puede llegar a hacer que varias personas se identifiquen, pues se asemeja mucho a la realidad donde los padres sobreprotegen a sus hijos para evitar que sufran e incluso el no apoyarlos en sus sueños por querer que dediquen su vida a otra profesión. Por supuesto la historia termina con un final feliz entre ambos por medio de escenas conmovedoras que harán llorar a más de una persona, lo cual es ideal para que la vean en casa y puedan reflexionar después sobre la dinámica familiar que llevan.

Por otro lado está la trama tecnológica, donde un empresario llamado Mark Bowman, se encuentra presentando su más reciente invento; el cual se convertiría en la siguiente evolución del asistente de voz; pero como suele suceder en otras películas futuristas de tecnología, los robots se revelan y empieza el llamado “apocalipsis de las máquinas”. Es así como estas empiezan a ejecutar su plan para acabar con la humanidad y se encuentran con que los únicos sobrevivientes es la familia Mitchell, quiénes se embarcan en una aventura para terminar con su reinado y liberar a los humanos.

En el transcurso de esta cinta se pueden percibir cierta crítica hacia el uso de la tecnología y como ella también afecta a nuestra relación con otras personas, así como a la protección de nuestros datos personales, situación que se ha visto como un tema importante a tratar en los últimos años al darnos cuenta que nuestra información se encuentra expuesta y puede ser utilizada para manipularnos.

Una delicia en todos los aspectos

Además, Los Mitchell contra las máquinas no descuida otros dos elementos clave en una película de estas características. Por un lado, la animación es exquisita, partiendo de unos diseños muy estimulantes para luego revelarse como una propuesta muy juguetona en términos visuales, y todo eso optando siempre por un enfoque más cartoon en lugar de esa tendencia actual al hiperrealismo. Es probable que te pierdas algún detalle genial si te da por apartar un momento los ojos de la pantalla para mirar tu móvil.

Eso no quiere decir que se caiga en el error de un exceso de estímulos para intentar mantener enganchado al espectador, pero sí que no hay ningún rubor a la hora de desviarse de la tipología de animación dominante para aportar cuando se siente que eso va a aportar algo, ya sea a la película en su conjunto o alguno de sus personajes. Y es que en este otro apartado también brilla con una gran intensidad.

Únicos y originales

No es un caso de estilo sobre sustancia. El guión ingenioso y agudamente observador de Mike Rianda y Jeff Lowe se siente relevante y atemporal, retratando la tecnología y abordando problemas imperecederos de la familia y el crecimiento. Realmente hay un personaje con el que todos podrán conectarse, y es probable que veas a miembros de tu propia familia en el resto del clan Mitchell.

El verdadero golpe maestro de Rianda y Lowe fue hacer de los Mitchell una familia imperfecta. No son la última esperanza para la humanidad porque son brillantes, son la última esperanza puramente por pura suerte. Todos tienen defectos, no tienen ni idea de lo que están haciendo y se sienten como una de las familias en pantalla más auténticas en bastante tiempo. El mensaje de la película puede ser cursi (familia antes de tecnología), pero aterriza porque los Mitchell son muy fáciles de identificar.

Por supuesto, Los Mitchell contra las máquinas está lejos de ser un drama doméstico contundente y un montón de cosas raras, creativas y, a menudo, francamente estúpidas tienen lugar en su viaje para salvar el mundo. Por cada mordaz corte sobre nuestra relación con la tecnología y cómo las empresas tecnológicas la explotan, hay una secuencia extendida ridícula con Furbys demoniacos o una broma sobre el aspecto único del robaescenas Monchi (de quien te enamorarás instantáneamente). La tasa de gags es increíblemente alta, pero hasta algunos de los más tontos logran tener relevancia en la trama más adelante.

Netflix ha tenido éxito con otros títulos familiares como Más allá de la Luna y The Willoughbys en los últimos años. Sin embargo, ninguno de ellos puede acercarse a Los Mitchell contra las máquinas, ya que sobresale en todos los aspectos.