Los primeros dientes

Los primeros dientes

La aparición de los primeros dientes en los bebés suele comenzar entre los cuatro y siete meses de edad, aunque este periodo puede variar sin representar un problema de salud. Algunos bebés pueden iniciar antes o después, ya que cada organismo tiene su propio ritmo de desarrollo.

Generalmente, los primeros dientes en salir son los incisivos centrales inferiores, seguidos por los superiores. Este proceso ocurre de manera gradual y puede extenderse durante varios meses, acompañando al bebé en distintas etapas de su crecimiento.

Durante la dentición, las encías se inflaman y se vuelven más sensibles, lo que provoca dolor e incomodidad, esta inflamación es la principal causa de que el bebé se muestre irritable o llore con mayor frecuencia de lo habitual. Uno de los signos más comunes es el aumento de la salivación; el bebé puede babear constantemente, lo que puede causar irritación en la piel del rostro, cuello y pecho, por lo que se recomienda mantener estas áreas limpias y secas.

Se trata de una etapa temporal que forma parte del crecimiento del bebé. Con paciencia, información y cuidados adecuados, este proceso puede vivirse de manera más tranquila, fortaleciendo el vínculo familiar.

Uso de mordederas

También es frecuente que el bebé lleve objetos a la boca de forma insistente. Morder ayuda a aliviar la presión en las encías, por lo que es importante ofrecer mordederas seguras y adecuadas para su edad.

Algunos bebés pueden experimentar cambios en el apetito, rechazando temporalmente el pecho o el biberón debido a la molestia al succionar. Estos cambios suelen ser pasajeros y no afectan su crecimiento si se manejan con paciencia.

Molestias nocturnas

La dentición puede alterar los patrones de sueño del bebé, provocando despertares nocturnos frecuentes, El dolor en las encías suele intensificarse por la noche, lo que genera cansancio tanto en el bebé como en los padres. En ciertos casos, puede presentarse fiebre leve o evacuaciones más blandas. Aunque estos síntomas pueden coincidir con la salida de los dientes, es importante no atribuirlos automáticamente a la dentición.

Si el bebé presenta fiebre alta, diarrea persistente, vómitos o un malestar general prolongado, se debe acudir al pediatra para descartar otras enfermedades y recibir un diagnóstico adecuado.

Recomendaciones

Comprender que la dentición es una etapa natural ayuda a los padres a afrontar este proceso con mayor calma, brindando al bebé la atención y el cuidado que necesita durante este periodo de adaptación, por ello los tips más básicos para aliviarlo son las siguientes:

Ofrece mordederas seguras: Elige mordederas de silicona o goma, libres de BPA y adecuadas para la edad del bebé.

Usa frío moderado: Refrigera la mordedera (no la congeles) para disminuir la inflamación de las encías.

Masajea las encías: Con un dedo limpio o gasa húmeda, realiza movimientos suaves por unos minutos.

Mantén la piel seca: Cambia baberos con frecuencia para evitar irritaciones en cuello y pecho.

Refuerza la rutina del sueño: Un baño tibio y un ambiente tranquilo ayudan a conciliar el descanso.

Alimentos suaves y fríos: Si ya inició la alimentación complementaria, ofrece purés o frutas frías.

Higiene bucal temprana: Limpia encías y dientes después de cada toma para prevenir infecciones.

Observa el apetito: Si rechaza tomas, ofrece con paciencia y en momentos de menor molestia.

Acompañamiento emocional: Cargar, abrazar y hablar con el bebé reduce la ansiedad por el dolor.

Consulta ante dudas: Cada bebé es distinto; ante inquietudes, el pediatra es la mejor guía.

Para aliviar las molestias provocadas por la dentición, una de las recomendaciones más comunes es el uso de mordederas diseñadas especialmente para bebés, estas ayudan a disminuir la presión y el dolor en las encías.

Las mordederas pueden colocarse en el refrigerador para que estén frías, ya que el frío contribuye a reducir la inflamación. Es importante evitar congelarlas, ya que el exceso de frío puede dañar las encías.

Señales de alarma

Las recomendaciones de cuando acudir al pediatra son las siguientes:

Fiebre alta o persistente: Temperatura elevada que no cede o dura más de 24-48 horas.

Diarrea intensa o vómitos: No todo malestar es dentición; requiere valoración médica.

Rechazo prolongado de alimentos: Si dura varios días y hay pérdida de peso.

Inflamación excesiva de encías: Enrojecimiento severo, sangrado o secreción.

Llanto inconsolable: Cuando el bebé no se calma pese a medidas habituales.

Erupciones cutáneas extensas: Especialmente si se acompañan de fiebre.

Uso de productos no indicados: Evita geles anestésicos sin receta, miel o alcohol.

Cambios bruscos de comportamiento: Somnolencia excesiva o irritabilidad extrema.

Signos de deshidratación: Menos pañales mojados, boca seca, llanto sin lágrimas.

Cualquier síntoma que preocupe: La evaluación oportuna previene complicaciones.

Cuidado de las encías

El masaje de encías es otra opción efectiva y segura. Puede hacerse con un dedo limpio o con una gasa húmeda, aplicando movimientos suaves que ayuden a calmar la zona inflamada. Mantener una buena higiene bucal desde la aparición del primer diente es fundamental, limpiar las encías y dientes ayuda a prevenir infecciones y a crear hábitos saludables desde temprana edad.

Se recomienda utilizar un cepillo dental infantil de cerdas suaves y una mínima cantidad de pasta dental indicada por el pediatra o el odontopediatra, según la edad del bebé.

Durante la dentición, es importante evitar el uso de remedios caseros o productos no recomendados, como geles anestésicos sin prescripción médica, alcohol o sustancias naturales que puedan resultar peligrosas.

La alimentación también influye en el bienestar del bebé durante esta etapa. Ofrecer alimentos suaves y fríos, cuando ya ha iniciado la alimentación complementaria, puede ayudar a aliviar las molestias. La hidratación es esencial, ya que el aumento de salivación puede provocar pérdida de líquidos, ofrecer tomas frecuentes ayuda a mantener al bebé cómodo y saludable.

El acompañamiento emocional de los padres es clave durante la dentición. Abrazar, cargar y hablar con el bebé le brinda seguridad y tranquilidad, reduciendo el estrés que puede generar el malestar físico.