Existen trabajos que, tras su lanzamiento, fueron un fracaso, tanto para la crítica como para la audiencia que, sin embargo, con el tiempo estas cintas llegan a reivindicarse gracias al cariño del público, fiel o nuevo, termina resultando una obra mucho más valorada de lo que fue en su estreno.

Algunos ejemplos de filmes que atravesaron esa suerte son The big Lebowski de los hermanos Coen, The fight club de David Fincher, e incluso Trainspotting de Danny Boyle. Todas tienen algo en común: buscaron hacer algo que en su tiempo no fue bien recibido para el cine canónico, pero en el futuro esa disrupción les benefició.

Quizá ese sea el caso del primer gran fracaso de la banda The Beatles, que el 26 de diciembre de 1967, de la mano de la cadena televisiva BBC estrenaron Magical Mystery Tour, una producción que no agradó al público inglés y que, en esa época, los críticos destrozaron, al sugerir que la narrativa de la cinta no tenía pies ni cabeza.

“Cuanto más grandes son, más fuerte caen. Y menuda caída. La aburrida película confirmó una sospecha que tenía desde hace mucho tiempo sobre que The Beatles son cuatro jóvenes bastante agradables que han ganado tanto dinero que, por lo que se ve, pueden permitirse despreciar al público”, afirmó James Thomas en el Daily Express, después del lanzamiento.

Tras el fracaso y los señalamientos contra el filme, Paul se vio en la obligación de aclarar la situación en una entrevista con David Frost. “Hemos esperado un par de años para hacer otro largometraje. Pedimos a varias personas que escribieran historias para nosotros, pero a nadie se le ocurrió nada. Así que pensamos: ‘Haremos algo que no se parezca a una película real, en la medida en que tiene una historia y un comienzo, y haremos solo una selección de, ya sabes, reuniríamos muchas cosas que nos gustan y veríamos qué sucede’”, explicó McCartney.

Así fue como lo hicieron; durante las dos semanas que duró el rodaje, el cuarteto de Liverpool se dedicó a improvisar frente a la cámara, todo bajo la historia de ser turistas que recorrían lugares específicos de Londres. En esas dos semanas obtuvieron diez horas de grabación continua, que debieron ser reducidas a 50 minutos.

La audiencia estimada de su primera transmisión fue de quince millones de espectadores, convirtiendo el especial en el programa más visto durante el periodo navideño para alegría de los responsables de la cadena, que decidieron darla a conocer, además, en blanco y negro, quitándole el valor visual y psicodélico que The Beatles había buscado darle.

Un año después, Magical Mystery Tour volvió a ser transmitida, esta vez a color, lo cual ayudó a que aquel fracaso no lo fuese tanto la segunda vez, pero debido a las críticas, pasó casi desapercibida aquel invierno de 1968, provocando que la cadena BBC no volviera a transmitirla hasta 1979, más de una década después.

Sin embargo, varias de las canciones icónicas del cuarteto se encuentran en este disco/película, tales como “I am the walrus”, “Strawberry fields forever” o “Your mother should know”, “Penny Lane”, “Hello, goodbye”, entre otras, cuyos videoclips funcionaron de forma impresionante con el tiempo.

En 2012, en el 45º aniversario de su estreno, la cinta fue restaurada y lanzada en DVD y Blu-ray, lo que permitió que la obra circulara, y nuevo público la descubriera, y comenzara a disfrutarla, lo cual también logró revalorizar la obra sesentera. Hoy sigue siendo un debate si el filme fue o no uno de los fracasos más rotundos de una de las bandas más influyentes de todos los tiempos.