Aunque existen varios tipos de ramilletes, no todos son iguales; de hecho, algunos son usados en ocasiones muy especiales, como cuando se florea a los que reciben nuevos cargos o se despide a autoridades que fallecieron ostentando algún rango importante dentro de una mayordomía.
Así lo explica el maestro Manuel de la Cruz Hernández, quien es el responsable de elaborar estos ramilletes llamados joyonaqués, los cuales son más pequeños que los que se utiliza en las festividades zoques de Tuxtla y sirven para florear a los que recibirán algún cargo, ya sea como mayordomo o prioste, y también cuando muere una autoridad.
Añade que estos “se adornan de tres orquetitas y dos palitos y cuando la persona está lista para recibir su cargo, junto a la imagen se le hace otro ‘chocolatito’ o ‘bastoncillo’ que se le conoce como el bastón de mando, con el cual deberá confirmar ante las imágenes sagradas que les servirá con luz y voluntad, realizándoles su fiesta como marca el costumbre”.
El maestro comparte que la citada actividad se puede observar como parte de las festividades que celebra la Mayordomía de las Virgencitas de Copoya, que es lugar donde él fue nombrado maestro ramilletero.
Destaca que para la elaboración de esta ofrenda se utiliza flor de mayo o hawaiana, lo que hace más difícil su elaboración porque se trabaja con puros pétalos. De la Cruz Hernández mencionó que él aprendió a elaborarla gracias a que un maestro originario de Copoya, llamado Antonio Escobar, le compartió sus conocimientos. “Don Antonio Escobar me enseñó a elaborar el joyonaqué, el ramillete y el chocolatito, por lo que si uno tiene el gusto y la voluntad, uno aprende a crear dichos adornos”, refirió.
Manuel expresa que desde que es maestro ramilletero asiste a elaborar los joyonaqués a donde lo inviten, ya que se integró a dicha comunidad en el 2003 ingresando como mayordomo de la Virgencita de Copoya, luego le dieron el cargo de prioste y posteriormente empezó a aprender a elaborar los ramilletes, por lo que lleva 17 con esta labor.