Cuando María León decidió pasar una temporada en Estados Unidos, el año pasado, no estaba en el mejor momento de su vida, pasaba por un bache personal y profesional.

“Siempre como artistas tenemos sensaciones de que podemos hacer más, además tenía un familiar con problemas de salud y había cambios en mi vida, me sentía como responsable de todo, porque soy una persona que toma las riendas, soy protectora y me convierto en cabeza de familia”, dijo.

La estrella de musicales como Chicago y Hoy no me puedo levantar comenta que llegó a un punto en que se sintió rebasada por las cosas y se vio en la necesidad de soltar, para eso necesitaba tomar distancia y la invitación para formar parte de Mira quién baila llegó como caída del cielo, expresó. “Necesitaba sanar y creo que la danza es una gran forma de hacerlo. Le dije a Dios ‘déjame salirme de mi mundo unos meses y te juro que regreso con más ganas a hacerme cargo de todo lo que depende de mí’, y así fue”.

La intérprete aseguró que estuvo enfocada en los ensayos y el concurso, pero sobre todo haciendo catarsis a través de la danza. “Siento que ahora tengo una ligereza y certeza de lo que quiero hacer, incluso esto ha inspirado en gran medida las canciones que estoy haciendo para un nuevo disco, irme a bailar me ha ayudado a ser una mejor artista”, señala.

A María le entusiasma que al fin en México podrán verla bailar, ya que a partir del próximo domingo Televisa transmitirá la décima temporada de Mira quién baila, donde compartió pista con sus colegas Ana Isabelle, Jorge Anzaldo, Miguel Martínez, Ferdinando Valencia, Brenda Kellerman, Michelle Gonzalez y Gabriel Coronel.