Excavando dos fosas en la cima de una pequeña colina en el parque arqueológico de Copán, en Honduras, arqueólogos japoneses descubrieron seis osamentas que podrían arrojar nuevas luces sobre la deslumbrante cultura maya.
Los análisis del hallazgo sugieren que los antiguos mayas hacían sacrificios cuando un miembro del linaje moría, para que acompañaran a su espíritu a la otra vida.
“Suponemos que esos entierros que hemos hallado son sacrificios para alguien más importante”, afirmó el científico japonés Seiichi Nakamura durante una visita al parque, situado 260 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa.
En su proyecto de investigación, financiado por Japón, Nakamura y su equipo excavaron frente a una antigua vivienda, la más importante de un complejo de 21 residencias que se erige en la cúspide de la colina y que data de 500 años a. C.
En la habitación principal sobresale una banca de bloques de piedra volcánica, que será desmontada después de enumerar cada uno de los bloques para extraer una séptima osamenta que los científicos presumen correspondía a un rey o un miembro del linaje gobernante.
La osamenta “tiene que ser de alguien muy importante en la sociedad copaneca antigua; por lo menos tiene que ser miembro de la élite y posiblemente tenga relación con la familia real”, señaló Nakamura.
El grupo de 21 viviendas colinda con otro más pequeño donde, entre 2003 y 2004, Seiichi Nakamura exhumó los restos de un niño de unos 12 años de edad, perteneciente a la realeza que presume fue músico, porque entre las ofrendas tenía instrumentos musicales, incluida una flauta.
Las dos áreas residenciales están a 150 metros de la Gran Plaza del Grupo Principal, el centro ceremonial político y religioso de Copán. Copán fue gobernada por una dinastía de 16 reyes entre los años 425 y 720 de la era cristiana, aunque los científicos han hallado cerámica que data de 3 mil 200 años a. C.
En la ciudad, los expertos contabilizaron 3 mil 450 edificios en 24 kilómetros cuadrados y estimaron una población de unas 40 mil personas. La ciudad fue la capital de la cultura y las ciencias de los mayas, cuyos dominios se extendieron en 324 mil kilómetros cuadradados por el sur de México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador.