Los mexicanos Armando Fonseca (Ciudad de México, 1989) y Amanda Mijangos Quiles (Ciudad de México, 1986) son los ganadores del primero y segundo lugar, respectivamente, de la décima edición del concurso Sharjah Children’s Book Illustration Exhibition, que se otorga durante el Festival de Lectura Infantil de Sharjah, en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

En la premiación, los galardonados recibieron de la mano de Ahmed bin Rakkad Al Ameri, Autoridad del Libro en Sharjah, una estatuilla y 8 mil y 6 mil dólares, respectivamente. Fonseca ganó el primer lugar por su trabajo para el libro Una luz inesperada, de José Saramago (Ediciones Beascoa), publicado en el centenario del Nobel.

“Es sobre un viaje que hizo Saramago con su tío, que tenían que vender unos cochinitos en una feria porque no tenían muchos ingresos. La narración es ese trayecto”, explica Fonseca en entrevista, y cuenta que en esta memoria de la infancia, el escritor portugués recuerda haberse quedado dormido a medio camino y ser despertado por la luz de la Luna. “Dice que esa Luna lo asombró y que nunca se le pudo olvidar. Es un texto relacionado con el asombro, la infancia y la relación con la naturaleza”, indicó.

Por su parte, Amanda Mijangos Quiles, ganadora del segundo lugar por una serie de seis ilustraciones del libro Las Ovejas (editado por la editorial argentina El Limonero y en Estados Unidos por Levín Querido), aplaude este tipo de oportunidades. “Los concursos siempre son una buena oportunidad para medirse en el panorama global. Siempre es muy emocionante, pero cuando acaba esa euforia hay que meter todo en una cajita y recordar que tampoco significa que uno es mejor que otro por haber ganado. Es algo que hay que tener siempre presente porque los concursos son una constante”, expresó.

Los trabajos ganadores están en una sección especial de la exhibición. Dentro del espacio, el trabajo de Fonseca y Mijangos están a la par, por lo que se nota la similitud de sus trabajos: las siluetas humanas minimalistas en un solo color, destellos azules de la luna y el estilo rústico en sus plantas; y es que ellos tienen una colaboración cercana, pues son pareja desde hace ocho años. “Nos gusta mucho dialogar sobre qué significa hacer ilustración”, dice Fonseca sobre el proceso creativo que llevan juntos.

Armando Fonseca no se formó en un inicio como ilustrador, sino que cursó la licenciatura de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Su primera carrera le ha funcionado para su actual trabajo: “Siempre estamos pensando en los términos de ilustración, qué es una imagen y qué es un dibujo. Hay dibujos que no son ilustraciones porque no dialogan con el texto, la ilustración es cuando la imagen dialoga con los textos y crea una nueva lectura. El estilo lo vemos más desde esa perspectiva”.

A partir de filosofar en torno a la ilustración es que surgen las decisiones sobre si el dibujo debe tener un fino trazo o un “brochazo contundente”, explica. Amanda Mijangos se inició como arquitecta, pero se dio cuenta que le gustaba más dibujar que construir y se especializó en ilustración infantil. Tras ser galardonados, los creadores reflexionan sobre las críticas que ha habido últimamente por la falta de apoyo del gobierno para el sector editorial infantil. Consideran que el problema también radica precisamente en el sector editorial, pues aseguran que es más fácil publicar en el extranjero que en México porque casi no se apuesta a los contenidos más arriesgados.

“(Las oportunidades de publicación) no necesariamente tiene que ver con las políticas del gobierno, eso también está en el reino de las editoriales mexicanas. Espacios hay, pero deberíamos estar más abiertos a la nuevas posibilidades, sin dejar de presionar contra la desaparición de espacios”, dice la artista, quien ahora trabaja en una exposición de la Secretaría de Cultura junto a una decena de ilustradores.