México, rezagado en la regulación de internet
La publicación del libro corre a cargo de Grano de Sal y Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey. Cortesía

El Estado mexicano desafortunadamente ha sido omiso para sumarse a la discusión de qué y cómo regular internet para mitigar los eventuales daños de la plataformas y la inteligencia artificial en el discurso público, asegura el abogado Saúl López Noriega, un tema que analiza a profundidad en su libro El futuro de la libertad de expresión. Internet, plataformas y algoritmos, publicado por Grano de Sal y Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey.

Para el coordinador del proyecto de política regulatoria nacional en datos, inteligencia artificial y plataformas digitales en el LegalTecLab del TEC de Monterrey, institución donde también es profesor e investigador, México se ha quedado rezagado, no solo porque apenas hay algunas iniciativas en el Congreso, pero son de estas iniciativas que se presentan y a lo mucho tendrán algún foro, sobre todo porque no hay una política nacional de Estado.

“Lo idóneo sería tener una política nacional de Estado para tratar de exprimir lo mejor de la inteligencia artificial, que sin duda hay muchas cosas positivas, muchísimas, un país como México necesitaría tener eso, y a su vez una política regulatoria para mitigar los eventuales daños”, afirma el doctor en filosofía política y derecho constitucional por la Universidad Autónoma de Madrid.

Asegura que, en ese sentido, el libro cierra con una especie de llamado, de decir “oigan el mundo se está moviendo a esa dirección por buenas razones y nosotros no”. Su propuesta es llamar al análisis y a la acción: “Todo mundo está mirando para allá, le están tratando de sacar jugo a esta herramienta tecnológica, están preocupados por sus daños, pero nosotros estamos en otras discusiones, es muy extraño”.

Le parece un poco como cuando vino la Revolución Industrial, que muchos países se subieron y tuvieron muchos beneficios, pero hubo otros que no, “nosotros no estamos subiéndonos a este tren de desarrollo con los todos los costos que pueda tener”, dice le abogado para quien esta omisión le parece extraña y preocupante, “seremos una sociedad muy vulnerable, si no se discute si no se empieza a poner en agenda y a discutir y a intentar, pues trabajar en las regulaciones”.

Lo importante sería comenzar a definir cuál es el rol que puede tener un país como México, con sus características, sus deficiencias, para ver cómo se conecta a esta revolución tecnológica, “todas esas preguntas deberían de estar en la discusión, y esto rebasa genuinamente a un partido político, debería ser una política de Estado que marque un rumbo estructural, un plan maestro, pero no se habla de eso definitivamente”, señala el investigador y académico del Tecnológico de Monterrey.

Por eso el último apartado del libro El futuro de la libertad de expresión. Internet, plataformas y algoritmos, titulado “México perdido en el laberinto de la inteligencia artificial”, es un alegato, “pongo ejemplos de qué está sucediendo en otras partes del mundo, y no necesariamente son buenas, si no decir estas discusiones están sucediendo en Estados Unidos, en América Latina, en Europa y nosotros tenemos que empezar a abrir seriamente esta discusión para exprimir lo bueno de la inteligencia artificial y atemperar sus riesgos, porque es ingenuo pensar que no está entrando la inteligencia artificial a nuestra vida cotidiana”.

Su llamado es en este momento en que se viene un cambio de gobierno, espera que quien llegue a la presidencia venga con otra apertura, con una apertura distinta a lo que es la ciencia y la tecnología, eso es clave, “porque otros seis años sin una curiosidad a lo que está pasando alrededor del mundo va a ser muy costoso”.

A la pregunta de si esa preocupación la ve en los candidatos, López Noriega dice que no lo sabe, aunque es consciente que con estos temas no se ganan votos, “pero pensaría que por sus antecedentes, en especial de las dos precandidatas, sí sería como algo que incluirían o que tienen en mente, y también sé que desde muchos frentes: empresarial, las mismas plataformas y otros ámbitos, hay mucha preocupación de que esta discusión se desate, también sé que ya llevamos prácticamente dos años de que se está discutiendo álgidamente en todo el planeta y aquí cero, aunque empieza a ver mucha presión de que México no se quede atrás”, afirma.

Dice que el cambio que ha habido referente a la libertad de expresión es porque concibe que la hegemonía del futuro estará en las plataformas de internet, la enorme influencia que tendrán, el enorme impacto que tendrán en las conversaciones y el discurso público estará ahí, por eso urge regularla.