Antes de cada concierto de La Academia, el director Héctor Martínez y su equipo de maestros pasan largas horas sobre el escenario corrigiendo lo que sea necesario.
El director de esta escuela de alto rendimiento explicó que esta generación ha sido muy complicada, y no porque haya falta de talento sino por la cantidad de conflictos que traen consigo y hacen más lento su avance.
“Vimos una generación cargada de dolor, de mucha presión social, son un focus group de un caldo de cultivo social que tenemos hoy en el mundo. Los niños y los adolescentes están creciendo en un marco histórico muy diferente al mío, rodeados de inseguridad, de una penetración fuerte de redes sociales que los hace ser más introspectivos y nos ha costado mucho sacarlos adelante, que se conozcan”, aseveró.
Muestra de ello fue el duro ensayo que tuvo que pasar Diego, cuando su interpretación del tema “Entra en mi vida” estuvo llena de desafinaciones. “Estás cerrado Diego y hemos tratado de ayudarte de mil formas”, fueron las palabras del director, quien tuvo que hacer un fuerte ejercicio de confrontación para lograr la intención adecuada al cantar, algo que surtió efecto en el participante que en su último repaso lo hizo mejor.
“Le doy al alumno lo que se merece, nada más. Cada vez se eleva el nivel de conciencia de los chavos, ahora ha tocado la motivación porque trabajamos en una aceptación de su identidad”, destacó.
Desde la mañana los alumnos acuden al foro para repasar lo que ofrecerán esta noche en el escenario, pero comenzar a ensayar no es cosa fácil, pues ajustes de pista, de micrófono y monitores y corrección de trazos escénicos son algunas cosas que hay que cuidar.