“El amor es una causa revolucionaria peligrosísima”, dice Camilo con seguridad. Es algo en lo que cree profundamente al igual que su esposa, la actriz y cantante Evaluna. La pareja, quien en abril dio la bienvenida a su hija Índigo, asegura que está comprometida trabajando por el mundo que quieren dejarle a su hija, así como a sus seguidores.
“Creemos que el mundo se puede transformar y que no se transforma puntualmente con los grandes cambios que uno se imagina románticamente, sino que es una suma de pequeños cambios”, explica Camilo. “Cada cosa que hacemos, cada canción, cada palabra que compartimos, cada que ponemos en una foto, fundación que patrocinamos o acompañamos, lo hacemos con la conciencia de saber cómo va a quedar el mundo”.
Con la nueva docuserie Los Montaner, la pareja asegura que, más allá de que el público pueda verlos en su día a día, comparten temas que son esenciales para la familia: desde el patriarca Ricardo Montaner y su esposa Marlene, hasta sus hijos Evaluna, Mau y Ricky, y sus respectivas parejas.
“Creemos en el amor como revolución; en la unidad como estrategia de ese amor; en el cordón de la gente que te abraza, te sostiene y te empuja. En el espíritu que está vivo entre cada uno de nosotros. Todo eso lo compartimos en esta serie y creemos que cuando eso impacte en la vida de una persona la transformará”, dice Camilo.
Para el cantante colombiano es una causa justa. Ante la pregunta de cómo ven conflictos actuales, como la guerra y la pobreza, apunta: “El amor es una causa que solamente para los cieguitos de espíritu es inocente. El amor es una causa revolucionaria peligrosísima, incendiaria y activista, no es un ‘venimos a transformar el mundo dándonos un beso’. Creemos en el poder transformador del amor”.
Para los padres primerizos, la necesidad, explican, no es una persona que quiere un beso sino que se disfraza de mil cosas: hambre, injusticia y abuso. “Creemos que uno puede tomar partido o no en solventar y abrazar esa necesidad y que el vehículo para uno es atender esa necesidad; el motor, el combustible que va a prenderlo casi siempre es el amor porque todo lo que no es miedo es amor, todo lo que es acción es amor”, añade.