Enrique Iglesias

Debido a la fama de sus progenitores, tanto Enrique como sus hermanos se acostumbraron muy pronto a los flashes de los fotógrafos las cámaras de televisión y a los micrófonos. Sin embargo, llegó a la adolescencia y completó sus estudios sin dar pistas sobre su futura dedicación.

Prepara su primer disco

Descubrió su gusto por la música a los dieciséis años, pero nadie, ni siquiera su familia, se enteró de las intenciones del joven. Por lo tanto, el anuncio de que se dedicaría a cantar fue una gran sorpresa para propios y extraños. Esto ocurrió cuando el madrileño tenía veinte años, en 1995.

No quería sacar provecho de su apellido

Enrique llegó incluso a plantearse un cambio de nombre artístico que eludiera el uso del apellido de su padre. De cualquier forma, parece claro que su nombre real le ayudó en un primer momento, aunque más tarde su trabajo mereció triunfar por méritos propios en la segunda mitad de los años 90. Prueba de ello es la experiencia de su hermano Julio José, quien también probó suerte en el mundo de la canción, aunque con bastante menos éxito que su padre y su hermano.

Consiguió un contrato con Discos Bat

Una modesta compañía discográfica española le editó su primer disco, Enrique Iglesias, que vio la luz el 25 de septiembre de 1995. Sencillos como “Si tú te vas”, “Por amarte”, “Experiencia religiosa”, “Trapecista” y “No llores por mí” catapultaron al álbum a cotas impensables para un debutante. En pocas semanas consiguió ser Disco de Oro en Portugal, y con el tiempo llegó a vender casi seis millones de copias en todo el mundo. El inicio no pudo ser mejor, y le valió al artista el premio Grammy a la mejor interpretación latina.

El 29 de enero de 1997 sale a la venta Vivir

El segundo disco de larga duración del cantante, que para no ser menos vendió casi cinco millones de copias y confirmó plenamente el incipiente estrellato de Enrique.

En 1997 realiza su primera gira mundial

Recorrió 13 países, dio casi 80 conciertos y actuó ante casi 750 mil personas en total. La maquinaria de su carrera no se dio siquiera un descanso antes de editar su tercer material, que vio la luz el 1 de septiembre de 1998 con el título Cosas del amor, esta vez ya dentro del catálogo de Polydor Records.

Cercano y bromista a pesar de su alta cuna

Contra lo que pudiera parecer, siente verdadera obsesión por no perder la naturalidad que todos aprecian en él. Es un chico sensible, divertido, maduro y responsable, que se desvive por los suyos y por su trabajo. “Voy a cantar hasta que me muera”, sentencia. Enrique desprende talento y buen carácter a raudales. Está claro que las admiradoras siempre tienen razón.