Esta es la historia de Hans Castorp, un joven y modesto ingeniero que llega a un sanatorio ubicado en los Alpes suizos para visitar a su primo. La estancia que preveía corta se prolonga y él acaba formando parte de esta nueva forma de vida en la que se relativiza el transcurso del tiempo.
Sentado en el balcón del sanatorio y envuelto en una manta, Hans reflexiona acerca de la vida, la muerte y el amor. El resultado es una de las grandes obras maestras de la literatura universal, que ofrece un retrato de la Europa de principios del siglo XX al mismo tiempo que hace una profunda reflexión acerca de la condición humana.
Thomas Mann comenzó a escribirla en 1912, a raíz de una visita a su esposa en el Sanatorio Wald de Davos en el que se encontraba internada. La concibió inicialmente como una novela corta, pero el proyecto fue creciendo hasta convertirse en una obra mucho más extensa.
Ha sido calificada de novela filosófica, porque, aunque se ajusta al molde genérico del Bildungsroman o novela de aprendizaje, introduce reflexiones sobre los temas más variados, tanto a cargo del narrador como de los personajes (especialmente Naphta y Settembrini, los encargados de la educación del protagonista). Entre estos temas ocupa un lugar preponderante el del “tiempo”, hasta el punto de que el propio autor la calificó de “novela del tiempo” (Zeitroman), pero también se dedican muchas páginas a discutir sobre la enfermedad, la muerte, la estética o la política.
La obra ha sido vista como un vasto fresco del decadente modo de vida de la burguesía europea en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial.