Perseguido, exiliado en España, despojado de su nacionalidad nicaragüense y de su título de abogado y con una orden de aprehensión en su contra esperándolo en su país natal, al escritor Sergio Ramírez (1942) le queda la certeza ética.
“Conservo la convicción de que he luchado por los justos; la certeza de que elegí el oficio que más deseaba en la vida, el de escritor, que lo he ejercido a fondo, con responsabilidad, y que, si algo seguiré siendo el resto de mi vida, será escritor”, comenta en entrevista.
El Premio Cervantes 2017 aclara que, a pesar de las adversidades que enfrenta, preserva sus ideales de luchador social y político. “Éticamente, sigo siendo la misma persona que se comprometió en la lucha contra la dictadura de Somoza; y, ahora, en la batalla contra esta otra dictadura (la de Daniel Ortega), lo hago con la misma energía, convicción y valores que tenía desde los 17 años, cuando llegué a la universidad a estudiar Derecho”, señala.
A sus 80 años, el luchador, que fue vicepresidente de Nicaragua de 1984 a 1990, tras el triunfo electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional, dice que ya no tiene ningún interés en la política.
“Soy un escritor crítico que alza su voz como cualquier ciudadano; pero la vida política es un asunto del pasado, del que salí hace 30 años y nunca se me ha ocurrido regresar. Mi oficio fundamental es la escritura y no voy a abandonarlo por ninguna otra cosa en el mundo”, afirma tajante.
El novelista, cuentista y ensayista, quien desde 2018 posee la nacionalidad española, pues “la colombiana me la van a entregar y la ecuatoriana no la he tramitado”, agrega que no ha cambiado su concepto de Patria. “Se ha profundizado mi vínculo con Nicaragua. La Patria es un sentimiento, más que algo material. Está compuesto por la memoria, los recuerdos, la infancia, la visión que uno tiene de su nación, de su historia”, explica.
“La nostalgia siempre está presente y la ausencia y la imposibilidad de regresar agudiza este sentimiento. Esperaremos a ver qué pasa en el futuro. Mientras tanto, hay que acostumbrarse a la vida en el extranjero, por dura que sea”, declara.
El ganador del Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español 2014 dejó en su país natal su biblioteca, integrada por 8 mil volúmenes, “una de las cosas más apreciadas por mí”, sus recuerdos literarios, sus premios y diplomas; así como las primeras ediciones de sus libros y títulos autografiados por autores como Juan Rulfo, Gabriel García Márquez y Günter Grass, entre otros.
“La situación en Nicaragua ha empeorado en la última década. Empezamos el festival con algunas restricciones y sin la simpatía del régimen; con una hostilidad manifiesta, pero que no impedía llevarlo a cabo. Después, tuvimos que salir y nos convertimos en un encuentro itinerante, por eso lo hemos realizado en Costa Rica, Guatemala, República Dominicana y, el año que viene, probablemente en Panamá”, añade.