Quién diría que uno de los vampiros más fríos de la pantalla grande guardaba un corazón tan cálido. Michael Sheen, recordado por su papel como Aro en la saga Crepúsculo, está demostrando fuera del set que no es un villano, sino todo lo contrario: un actor profundamente comprometido con las causas sociales, incluso si eso le ha costado casi toda su fortuna.
Aunque su patrimonio se ha estimado entre 8 y 16 millones de dólares, Sheen reveló en una entrevista que esa cifra dista mucho de su realidad. Gran parte de su dinero lo ha destinado a ayudar a otros, al punto de haber contribuido a que al menos 900 personas salieran de sus deudas. “Es curioso cuando la gente me llama multimillonario. Porque no, no tengo tanto dinero”, confesó al diario The Times.
Sheen, también actor de Pasajeros, explicó que, si bien tiene una estabilidad mayor que muchas personas, también enfrenta deudas. Actualmente, sigue pagando los costos de haber financiado la Homeless World Cup.
Emprendimiento
En 2019, el actor vendió dos de sus propiedades para financiar la Homeless World Cup, un torneo internacional de futbol destinado a transformar la vida de personas en situación de calle. El evento requería 2 millones de libras para realizarse en Cardiff. Sin embargo, a solo dos semanas de su inicio, un patrocinador clave se retiró, dejando un vacío financiero importante.
Con más de 500 personas sin hogar ya en camino, Sheen tomó la decisión de donar todo su dinero personal para que el torneo pudiera continuar. Tiempo después, el famoso recordó el momento en entrevista con The Guardian. “Terminé pasando los últimos seis meses trabajando en Nueva York, lo cual no era mi plan. Pero cuando regalé todo mi dinero, tuve que volver a trabajar para ganar de nuevo”, dijo. “No me quejo. Es un gran trabajo. Pero estaré pagando esa deuda durante años”.
Además, Sheen participó en el programa de Channel 4 Michael Sheen’s Secret Million Pound Giveaway, donde invirtió 100 mil libras de su propio bolsillo para saldar deudas de más de 900 personas en Port Talbot, su ciudad natal.
Esta decisión nació de historias que escuchó en un café del lugar, de hombres llorando por la pérdida de empleos tras el cierre de la acería local. Su ayuda, aclaró, no va dirigida a quienes se endeudan por lujos, sino a quienes necesitan préstamos para cubrir necesidades básicas como vivienda. También ha señalado los abusos de los créditos con intereses elevados.