Mónica Lavín regresa con La ausencia

La escritora Mónica Lavín es también columnista. Cortesía
La escritora Mónica Lavín es también columnista. Cortesía

La escritora Mónica Lavín vuelve a la novela con La ausencia (Planeta), una obra atípica en la literatura de la narradora y columnista por su propuesta que linda los límites entre realidad y ficción de viaje en el tiempo, pero con los temas que le interesan: el cuerpo, la creación y la libertad; y más aún, con la certeza de querer hacer una literatura de exploración, arriesgada y retadora, porque su protagonista, Lavinia Melín, viaja al pasado para conocer y entrevistar a tres escritoras que admira: Carson McCullers, Katherine Anne Porter y Eudora Welly, y en ese viaje indaga en el laboratorio literario de cada autora, de su protagonista y de ella misma, pues en todo momento se plantea ¿qué es la ficción?, ¿cómo se crea la ficción? y ¿cómo se hace literatura cuándo las autoras están secas de historias y cómo se sale de esos atascos literarios?

¿Te confrontó exponer el laboratorio de tu escritura?

No lo había hecho antes, acaso tengo un cuento sobre una escritora que va a un hotel para perseguir historias. Un poco burlándome de que en realidad uno no puede ir a cazar, no puede decir, “Voy por una historia”, “voy de cacería”. No ocurre así, se te atraviesan con tus preocupaciones y lo que está pasando, algo hace click, la palabra mágico no aplica, no es que sea sobrenatural, pero hay un momento donde algo bulle y te das cuenta de que ahí está el germen de una historia.

¿Un viaje a ver dónde están y la sequía de historias?

Me produce una enorme curiosidad saber ¿de dónde vienen y cómo ellas llegan a esas historias? Es una arista, como la piedra del pedernal, es el chispazo que ni siquiera está muy claro hasta que ese chispazo se junta con una cierta reflexión y empieza a fraguarse el volcán, se empieza a solidificar algo. Esa lava que surgió caótica empieza a tener sentido y a tener estructura.

¿Es una novela atípica?

La siento atípica en mi proceder y por lo tanto muy gozosa. Venía yo de Últimos días de mis padres, tan testimonial, tan personal, tan cargada de sinceridad y necesitaba este peso del artificio, porque la novela es artificio. Este juego entre ficción y realidad, este careo, este juego de “venciditas con la realidad” yo me estoy preguntando a estas alturas de mi vida, ya cumplí 70, ¿qué es la escritura?, ¿de dónde sale?, ¿cómo negociaban? y ¿cómo es la búsqueda del espacio literario, de los temas?

¿Por eso Lavinia Melín regresa en el tiempo viaja en el tiempo para hablar con escritoras?

Ella busca la charla con las escritoras para saber de ellas ¿cómo le hiciste?, ¿cómo juegas?, ¿cómo negocias?, ¿cómo defiendes tu espacio para la escritura? Porque ahí puedes jugar y puede ser oscuro y puedes explorar los temas que te inquietan. El tema literario siempre está donde hay algo que perturba, algo que se sale del orden; para cada uno es diferente, pero es la piedra en el agua, es lo que Lavinia Melín necesitó, ir con estas escritoras y ver esa perturbación qué puede empezar a provocar una historia.