Montt, mirada alucinante sobre México
El ilustrador ecuatoriano presenta una bitácora que retrata con humor el significado de ser mexicano. Cortesía

El ilustrador Alberto Montt (Ecuador, 1972) realiza un tributo gráfico al significado más profundo de lo que representa ser mexicano, con la publicación de México, la obra maestra del diablo, una bitácora ilustrada que compila los excesos, los pecados, la pasión y aquellos valores o acciones que dan forma a la inexplicable identidad del mexicano.

La semilla primigenia de este volumen, dice Montt a Excélsior, son todos aquellos programas de televisión que él descubrió en su infancia, durante los años 70 y 80.

“Todo el continente se amamantó de México y a mí me pasó desde temprana edad. Yo crecí en Ecuador, pero el bombardeo mediático de información y cultura que nos llegaba desde este país era muy grande, así que, para mí, México siempre fue una suerte de espacio al cual quise acceder, porque la televisión, la radio, la música y su literatura sólo abrían ventanitas e imaginabas, pero el ‘puzzle’ completo no se terminaba de armar”, detalla.

Esto hizo que en su mente ese pequeño universo asumiera la forma de un tesoro por descubrir. “Cuando vine a México la primera vez, hace 25 años, fue como abrir la puerta de una bóveda; y a pesar del tiempo y de viajar casi anualmente a este país, sigue siendo una sorpresa”, añade.

En México, la obra maestra del diablo, el personaje central —que es un demonio irónico que realiza un tour por seis capítulos— ironiza sobre los aspectos del mexicano, que a la vista de sus habitantes son casi invisibles.

En primera instancia refiere al masoquismo del mexicano o esa fascinación por sentir dolor que parte de un simple dicho, pero es emblema nacional: “Lo que no te mata te hace más fuerte”. Y aquí cabe: el consumo excesivo de picante; la inexplicable existencia de la caja de toques que aparece en cantinas y escuelas y la música que provoca tristeza y que va desde el bolero hasta el mariachi y pasa por la canción ranchera, la balada romántica y el corrido.

Así que este trabajo, que podría ser una versión ilustrada del Diccionario del diablo, de Ambrose Bierce, nace como una celebración dedicada al mexicano, pero desde una mirada que camina por el borde del humor, acepta Montt.

“Este libro puede tener dos públicos: los mexicanos, porque es una forma divertida de verse reflejados y los amantes de México, porque quien haya estado en este país más de dos semanas podría tomar el libro y encontrar una guía o un diario de lo que acaba de vivir”, apunta el ilustrador.