Hace 500 años Hernán Cortés llegó al territorio que se convertiría en la Nueva España. A partir de ese momento comenzó un proceso político, social y cultural en el que participaron hombres y mujeres; sin embargo, en la mayoría de las investigaciones se ha profundizado más en las acciones de personajes como Bernal Díaz del Castillo, Pedro de Alvarado, Moctezuma y Cortés, pero pocas veces en las mujeres.
Entre las indígenas sobresalieron tres mujeres: Malintzin, traductora y vocera; Tecuelhuetzin, hija del gobernante de Tlaxcala Xiconténcatl el Viejo, y Tecuichpo, hija de Moctezuma II. Por parte de España estuvo María de Estrada, quien fue soldado de Cortés.
“Las mujeres de la Conquista fueron mediadoras culturales, pues en sus vientres gestaron a la nueva nación. El destino que les esperaba a las mujeres fue el de ser concubina o esclava sexual. Por un lado, fueron raptadas por los españoles quienes se las llevaron de acompañantes. Algunas fueron regaladas por sus familias como esclavas o, en el caso de las familias nobles, como ‘esposas’ de los españoles para forjar alianzas. En cualquier caso, su destino no estaba en sus manos”, dice Miriam López, doctora en Antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
La Malinche
Obsequiada a los españoles junto con otras 19 jóvenes tras la batalla de Centla en 1519, fue bautizada como “Marina”, pero al convertirse en traductora y vocera, la nombraron “doña Marina”.
Malintzin ha sido calificada como traidora, no obstante, Miriam López explica que el uso de ese tipo de adjetivos hacia doña Marina fue posterior a la Conquista: “Grupos indígenas y españoles le tuvieron cierta estima, algunos como Bernal Díaz del Castillo la recordaban con cariño y admiración. En tanto, los grupos que permanecieron contrarios a los españoles, como los mexicas, la veían con recelo pues su participación era notoria en las interacciones que tuvieron con los españoles. Además, los grupos indígenas no se veían como una nación, eran distintas etnias enfrentadas unas con otras”.
La investigadora agrega que La Malinche fue vendida como esclava dos veces antes de mostrarle a Hernán Cortés que podía traducir, esa “habilidad innata para entender distintos contextos culturales y aprender nuevas lenguas, la llevarían a ser un puente en estos momentos de confusión e incluso, se ha señalado que gracias a su participación se evitaron muchas más muertes”.
Otras mujeres
Dos nobles indígenas más destacaron en las narraciones de la Conquista. La primera fue Tecuelhuetzin, hija del gobernante de Tlaxcala Xicoténcatl el Viejo y hermana de Xicoténcatl el Joven, y la segunda es Tecuichpo, hija de Moctezuma II y heredera legítima del trono mexica.
Los tlaxcaltecas sellaron un pacto de alianza con los españoles y les entregaron como regalo a algunas mujeres de noble linaje, una de ellas fue Tecuelhuetzin, quien después fue bautizada con el nombre de María Luisa Xicoténcatl y entregada como mujer a Pedro de Alvarado.
Tecuichpo, cuando tenía 11 años, fue casada con su tío Cuitláhuac, hermano de su padre, el cual murió unos meses después de viruela. Después fue casada con su primo Cuauhtémoc. “El 13 de agosto de 1521, según fuentes indígenas, Cuauhtémoc se entregó y pidió protección para su esposa y las mujeres de su casa, y para junio de 1526, Hernán Cortés le otorgó a ella y a sus descendientes los beneficios e ingresos del pueblo de Tacuba. Fue evangelizada y bautizada como doña Isabel de Moctezuma”, relata López.
Tecuichpo fue casada cinco veces. La última fue con Juan Cano de Saavedra, con quien procreó cinco hijos: Gonzalo, Pedro, Juan, Isabel y Catalina.