Mujeres se transforman en restauradoras

El Proyecto Zegache, conformado por siete mujeres artesanas de la comunidad zapoteca de Santa Ana Zegache, de Oaxaca, dio sus primeros pasos hacia la restauración en 1997, de la mano del artista plástico Rodolfo Morales (1925-2001).

Tras más de 28 años, la vida de las mujeres de esta comunidad migrante ha cambiado radicalmente. Junto al esplendor recuperado en la fachada e interior del templo de la localidad, ellas se han empoderado, cuentan con una alternativa de trabajo para no buscar una “mejor” vida en Estados Unidos y su fama de restauradoras de arte traspasa las fronteras.

Con Mónica Galván Cruz a la cabeza, el grupo conserva la técnica antigua de la talla de madera y restauración, misma que aplican en la elaboración de marcos o cuadros, piezas sacras y joyería; una de las más recientes es el marco (de casi tres metros de altura) del retrato del expresidente Andrés Manuel López Obrador, instalado en la sala Galería de los Presidentes, en Palacio Nacional.

Con Mónica Galván Cruz a la cabeza, el grupo conserva la técnica antigua de la talla de madera y restauración, misma que aplican en la elaboración de marcos o cuadros, piezas sacras y joyería; una de las más recientes es el marco (de casi tres metros de altura) del retrato del expresidente Andrés Manuel López Obrador, instalado en la sala Galería de los Presidentes, en Palacio Nacional.

En 1997, el maestro Morales guió a una decena de mujeres en la restauración del templo de Santa Ana, entonces, deteriorado y abandonado. “Las eligió porque ellas son pacientes cuando bordan las flores que adornan las blusas típicas de esta comunidad indígena”, recordó Mónica, restauradora y madre de familia.

Dijo que la habilidad y el esmero de aquella decena de mujeres bordadoras sirvió para aprender el oficio de rescate de la pintura mural y la hoja de oro que existe en la nave central del templo. En tanto, otro grupo de jóvenes aprendió del rescate de retablos e imágenes, herrería, carpintería, ebanistería, escultura y yeserías, entre otros artes y oficios. Todo esto con el propósito de desalentar la migración a Estados Unidos.

Siendo una adolescente, Mónica atendió la convocatoria y aprendió el oficio de restauradora, apadrinada por Morales, originario del municipio vecino de Ocotlán de Morelos, donde también rescató el antiguo convento dominico y el atrio, además de crear un museo. “De manera simultánea al trabajo que las mujeres realizamos de los retablos y espejos del siglo XVIII, el maestro (Morales) intervino la fachada original: en lugar de santos, colocó floreros en los nichos”, refirió. “En un primer momento causó un poco de controversia en la comunidad; pero luego lo tomaron con orgullo, como parte de su identidad”.

Tras el deceso de Rodolfo Morales, el 30 de enero de 2001, vino un momento de tristeza; pero las y los restauradores empíricos no abandonaron la gubia, los pinceles, la liga ni los fijadores, concluyeron el trabajo inacabado de la fachada el templo erigido en el siglo XVI, tal y como lo había planeado el maestro Morales, “como un mantel”.

Con el apoyo solidario de asociaciones civiles, fundaciones, la comunidad, autoridades y particulares como la cantante Georgina Saldaña Wonchee, quien las acompaña desde sus inicios a la fecha, el taller comunitario de Zegache está vigente con un equipo base conformado principalmente por mujeres: Paula Montes Lorenzo, Sabina Chompa Ambrosio, María Benito Guatemala y Catalina Reyes Morales. Además de Consuelo Gaspar, Nancy Morales, Mónica Galván Cruz y Erick Galván Peralta; aunque el taller también ofrece empleo eventual.

El Proyecto Zegache es una incubadora de restauradores y talladores de piezas elaboradas con la técnica antigua del tallado de madera de cedro, pintado con hoja de oro de 23.5 quilates, lámina de plata, pintura con temple de huevo y grabado. Algunos de los diseños están inspirados en el periodo barroco y evocan a los retablos del siglo XVIII.