La cantante de blues Betsy Pecanins, quien falleció la madrugada del martes, fue cremada la tarde de este miércoles, aunque su hija, Ana Teresa Álvarez Taylor, no reveló cuál será el destino final de sus cenizas.
El artista visual Brian Nissen, pareja de Monserrat Pecanins, tía de Betsy, recordó la valentía con que la cantante llevó su carrera, con una dedicación absoluta: “Imprimió en su música una fusión de blues y canto mexicano absolutamente original. Su público la adoraba por la alegría con que actuaba. Tenía una voz excepcional, un rango y un control como pocos”.
La fatal noticia la dio a conocer uno de sus músicos, quien no precisó la causa de deceso. La seminal cantante de blues sufría disfonía espasmódica cervical, que le afectaba las cuerdas vocales, entre otros padecimientos. Betsy Pecanins nació en Yuma, Arizona, Estados Unidos, pero desde 1977 se afincó en la Ciudad de México donde contribuyó a la escena del blues local.
Destacó por la gran calidad y potencia de su voz con la que mezcló diferentes géneros musicales como el bolero y la música vernácula con el blues, lo que la llevó a pisar innumerables escenarios internacionales como La Habana, Barcelona, Madrid, París, Cannes, Lisboa, Yuma, Nueva York, Washington, San Antonio, Miami, Los Ángeles, Buenos Aires, Bogotá y Costa Rica, entre otros, y por supuesto e la escena mexicana.
En su carrera grabó más de una docena de discos destacando El Efecto Tequila, Tequila azul y batuta, Nada que perder, La Reina de la Noche, Reencuentro y Qué azul era mi Lara, entre estos.
Colaboró con la Orquesta de Baja California, la Filarmónica de la Ciudad de México, dirigidas por Eduardo García Barrios, Eduardo Diazmuñoz, Benjamín Juárez y Luis Herrera de la Fuente. Cantó a dúo con Tania Libertad, Margie Bermejo, Cecilia Toussaint, Eugenia León, Amparo Ochoa y su compadre Guillermo Briseño.