Muro fantasma

Muro fantasma

La novela Muro fantasma, de la autora británica Sarah Moss, se ambienta en la década de 1970 en la remota y agreste campiña del norte de Inglaterra. Silvie, una joven de diecisiete años, está de campamento con sus padres y un grupo de estudiantes de arqueología que recrean la vida cotidiana de los britanos de la Edad de Hierro.

El padre de Silvie, un hombre obsesionado con la historia y abusivo tanto física como psicológicamente, impone una estricta experiencia “auténtica” a su familia, obligándolos a usar vestimenta de la época y a vivir en condiciones rudimentarias.

¿De qué trata?

El padre de Silvie es un estudioso apasionado de la Edad de Hierro Británica, cuando el hombre vivía en cabañas, recogía los frutos que necesitaba del bosque, cazaba y cultivaba su pequeño terreno de tierra. Tal es su devoción hacia el pasado que todos los veranos arrastra a Silvie y a su madre a una pequeña cabaña en el campo, donde viven durante meses como los hombres del pasado. 

Su experimento atrae a un profesor de arqueología y a un grupo de estudiantes. Durante semanas, vivirán como auténticos hombres del pasado, prescindiendo de luz eléctrica, móviles… Deberán recolectar o cazar su propia comida. Poco a poco, la familia y los estudiantes comienzan a involucrarse cada vez más en la recreación de este periodo histórico, llegando a celebrar sus propios rituales religiosos. Lo malo es que algunos pueden ser mortales.

A medida que el verano avanza hacia un clímax desgarrador, la narrativa inquietante de Silvie entrelaza su experiencia personal de opresión con los rituales violentos del pasado, como las ofrendas humanas, que el paisaje parece revelar. La tensión aumenta entre los participantes, y la novela se convierte en un relato de suspense sobre la iniciación y la lucha por la libertad personal.

Es una obra muy breve que se lee en nada porque atrapa desde las primeras páginas. Es también una novela poderosa, porque habla de los peligros de idealizar el pasado hasta el punto de la obsesión. Porque en ese pasado hay implícitos otros conceptos como la preservación de la raza o incluso el castigo físico desmesurado a aquellos que contravenían las normas de la comunidad

Además, la nostalgia del pasado tiene otra consecuencia peligrosa. El pasado no fue como nos imaginamos que sucedió. Frente a la idílica vida campestre cultivando nuestra comida, elaborando nuestro pan o tejiendo nuestras ropas, hay que destacar la muerte en edad prematura de muchos niños, el inadecuado tratamiento de enfermedades, las infecciones no tratadas, etcétera.  

Porque además, Bill, el padre, es un sujeto obsesionado con sus propias ideas, que no duda en arrastrar a su familia y en contaminar al grupo visitante con su forma de ver la vida. Desde el principio, sospechamos que algo sucede, pero no sabemos qué es. Es la propia autora, con su maestría, quien nos va guiando por los vericuetos de una mente perturbada. Y lo bueno es que es capaz de hacerlo en menos de ciento cincuenta páginas, desarrollando una historia que nos tiene enganchados de principio a fin. 

Muro fantasma fue nombrado uno de los libros del año por The New York Times y The Guardian.