Narraciones de Mesoamérica y los Andes
Cultura mesoamericana. Cortesía

Un mito no es una mentira ni tampoco el sinónimo de leyenda o fábula. Un mito es un relato aderezado de aventura que nace de la realidad, una historia que alude a procesos cósmicos de una cultura que se transforma constantemente, dice el historiador Alfredo López Austin (Chihuahua, 13036), coautor de Los mitos y sus tiempos. Creencias y narraciones de Mesoamérica y los Andes, con el historiador peruano Luis Millones, donde descubren las propiedades del mito, su necesidad histórica y trazan una primera relación entre las culturas mesoamericana y andina.

Por un lado, el volumen retoma mitos andinos como el del lobo de mar y el perro andino, la concha marina llamada Spondylus, la representación de las ballenas desde el año 600 a.C. y el reino del dios Luna “que tenía su palacio y silla principal en la gran guaca Sian (en la provincia de Guadalupe”; así como la Señora de Cao, que data del siglo IV, y el Dios de la Montañas, también llamado el Degollador o Aia Paec, entre otros.

Mientras que por el lado mesoamericano se retoma el origen del Sol, el nacimiento de Huitzilopochtli, el mito de los Soles y el diluvio, el nacimiento del Dios Mazorca, entre otra decena de relatos de origen náhuatl, quiché, mixe y tzotzil, para exponer que entre Mesoamérica y el mundo andino existe una trayectoria histórica muy semejante.

“Recordemos que fuimos colonizados por el mismo país, que tuvimos un proceso de conquista que enfrentó una resistencia muy importante y en ambos casos los mitos explican la naturaleza de su tiempo y de nuestros días”, asegura Luis Millones (Lima, 13040) en entrevista.

De ahí que este volumen salga a la luz simultáneamente en México y Perú. “Porque la idea es que el público descubra que existe, no sólo en el plano abstracto, una sociedad similar a la suya, y así en Perú el público sepa lo que ha sido Mesoamérica… y viceversa”.

Por lo anterior, en estas páginas los lectores probablemente descubran incontables similitudes entre Mesoamérica y los Andes. “Porque ha existido una correspondencia en la construcción y estructura de sus relatos orales o escritos”, apunta Millones.