A 93 años de haber sido construido y de guiar con su luz a centenares de embarcaciones para llevarlas a buen puerto, el Faro de Roca Partida (Veracruz) se encuentra apagado, abandonado y en ruinas; y, como él, se extingue el legendario oficio de farero, que el sistema ha dejado atrás debido a la falta de pagos y mantenimiento.
Don Rubén Trejo, uno de los últimos custodios del Faro de Roca Partida, donde trabajó 41 años y sufrió su deterioro, pues el área del recinto de 40 hectáreas se fue reduciendo hasta quedar en 40 metros, es un claro ejemplo del olvido gubernamental de estos monumentos pequeños pero indispensables. “En México hay unos 130 faros, pero prendidos solo quedan 50. Me interesó la historia de don Rubén, porque él dedicó su vida a guiar a otros en la oscuridad, mientras el sistema lo dejaba atrás”, afirma en entrevista Hannia Libreros, directora del documental El faro.
Narra que el documental nació como el proyecto final de la materia de Documentación, en la universidad de arte Centro, donde cursa el sexto semestre de la carrera Cine y Televisión. “Soy veracruzana. Hace un año fui a Roca Partida. El lugar me impactó. Desde uno de los acantilados se observa, en la punta más alta de una montaña, el faro, parecía una iglesia. Quise conocerlo y contar su historia”, comenta.
En febrero pasado, Libreros y un equipo conformado por cinco de sus compañeros y amigos llegaron a Roca Partida para hacer la exploración de temas y lugares. Explica que les interesó tanto la historia del faro como de don Rubén, pero también la de la comunidad; pues, en su segunda visita, los pobladores los alertaron sobre la reciente irrupción del crimen organizado.
“Primero me contacté con personas de Roca Partida. Conocí a un guía turístico certificado, que se llama Derian. Me dijo que el último farero era don Rubén, que estaba jubilado, pero que aún vivía ahí. En febrero fuimos al ‘scouting’. Lo conocimos. Estaba muy animado y dispuesto. Nos dijo que iba a subir al faro con nosotros. Nos platicó varias historias de terror del faro. También vimos a varios nietos de los fundadores de Roca Partida. Todos fueron muy amables y nos dieron la bienvenida”, detalla.