La Ciudad de México se convirtió en el escenario de una colaboración musical que une tres geografías y dos trayectorias marcadas por la sensibilidad: la chilena Nicole y la española Ana Torroja se encontraron en dichas tierras para grabar una nueva versión de “Desierto florido” que para la artista sudamericana es una de las canciones más íntimas del repertorio reciente.
La sesión tuvo lugar en octubre pasado, en los estudios Noviembre de la capital mexicana. Allí, ambas cantantes concretaron un diálogo artístico que venían imaginando desde hace años. Aunque la canción se estrenó en abril en todas las plataformas digitales, su historia comenzó mucho antes.
El vínculo entre Nicole y Ana no surgió de un encuentro improvisado ni de una estrategia de colaboración habitual en la industria actual. Se remonta a principios de los 2000, cuando fueron presentadas por el productor Andrés Levin. Más adelante, compartieron roles como coaches en una temporada del programa The Voice en Chile. En ese contexto, forjaron una amistad que trascendió lo profesional. Conversaron sobre la música, pero también sobre sus vidas, la maternidad y los desafíos de ser artistas en un entorno de exigencia constante.
“La escribí en un momento muy introspectivo”, explica Nicole. “Es una canción que no solo habla del paisaje, sino de la posibilidad de florecer incluso en condiciones difíciles. Cuando Ana me dijo que quería cantarla conmigo, sentí una mezcla de sorpresa y gratitud”.
Fue la propia Torroja quien propuso colaborar en esta nueva versión. Su conexión con el tema fue inmediata y profunda. Tras escucharlo por primera vez, comenta Nicole, no dudó en expresar su deseo de formar parte de él.
El encuentro y la grabación se concretó durante una visita de la chilena a México. El resultado es una interpretación a dos voces que mantiene el carácter original del tema, pero añade una nueva dimensión emocional. Nicole confiesa que no fue un proceso inmediato. Regrabó sus partes varias veces, buscando la manera de transmitir lo que sentía. “Escuchaba lo que ella había hecho y quería que mí interpretación estuviera a la altura. A veces una duda, pero al final entendí que lo importante era conectar con lo que la canción decía”, comenta.