Una ampolla en la palma de la mano, una hoja verde, la cáscara de una naranja, una flor en la tierra, un maíz, una joven colgada en una tela, un llavero, las cuerdas de un violín, unos patos en el lago, un ojo, una nariz, cuadros en el piso, una banca y un limón, son algunas de las fotografías que presentan los integrantes del Programa de Atención a la Comunidad Orientada a la Socialización (Pacos), incluidas en la muestra colectiva “Reflejos de colores”.
La exposición, se inauguró en la galería El Molino del centro cultural Casa Talavera, en la Ciudad de México, es resultado del taller Fotógrafo Viajero que imparte Patricia Priego, socióloga educativa, desde 2004 a niños y adultos de la asociación civil Pacos, que surgió hace 16 años como un proyecto centrado en las habilidades de personas con capacidades diferentes.
Para Pacos es determinante la integración social de los jóvenes con discapacidad intelectual y niños en situación vulnerable. Mirada al color y la textura En palabras de Priego, la muestra es una oportunidad de ver con la mirada de estos chicos cosas que en la mayoría de las ocasiones pasan inadvertidas para muchos.
“En el taller Fotógrafo Viajero, los pacos han aprendido que tomar una fotografía no es sólo el manejo de una cámara, sino capturar una imagen con la mente, el corazón y la vista. Ellos nos permiten entrar a sus ojos, a su mente y su corazón”, indicó Pirego.
Con la museografía de Zamná Danzós, la exposición reúne unas 60 fotografías de los integrantes de Pacos que han capturado en sus viajes y campamentos como parte de las diversas actividades auspiciadas por esa asociación civil encaminadas a fortalecer las habilidades de los chicos.
En la apertura de la exhibición, Patricia Priego dijo que a lo largo del taller han explorado diferentes temas en las fotografías, como la basura, los viajes y esta ocasión los trabajos se centran en el color. Aquí el enfoque es la mirada de los participantes hacia el color, la textura.