En la década de los 90 y los 2000, las niñas y jóvenes deseaban ser como Britney Spears, Avril Lavigne, Christina Aguilera o Lady Gaga, modelos que se alejaban de la fisonomía latina y, en especial, de la mexicana.
En un momento en el que se habla de representación (de género y raza) Ángela Aguilar es una de las exponentes nuevas que abre camino o, como ella dice, que busca resaltar, enaltecer y reenamorarse de lo que es ser mexicano. La joven de 18 años parece ir a contracorriente de lo que las tendencias musicales, generacionales y físicas marcan. Hoy, muchas niñas desean ser Ángela, una chica que se describe como “una belleza rara, de nariz y boca muy grandes, ojos ovalados y piel morena”.
“Las mujeres mexicanas representamos distintos tipos de belleza y nos sentimos orgullosas, yo siendo mexicana y americana (estadounidense), con doble nacionalidad, soy parte esos dos mundos; cuando yo crecí nunca vi una Barbie que luciera como yo; soy una belleza extraña, diferente a la que vemos pero, al ser así y tener esta visibilidad que me da lo que hago, me ayuda a que las niñas que me ven sepan que hay distintos tipos de belleza”, dijo en entrevista.
Continúa el legado
Ángela nació el 8 de octubre de 2003 en Los Ángeles, California, y al igual que su padre, Pepe (quien nació en San Antonio, Texas), su nacionalidad estadounidense no le ha impedido representar la música regional mexicana, con la cual continúa el legado que iniciaron Flor Silvestre y Antonio Aguilar.
La joven, quien representa la tercera generación de músicos en la dinastía Aguilar, a su corta edad, lleva más de una década sobre los escenarios. Ha lanzado tres álbumes inéditos, fue ovacionada por el propio Vicente Fernández y ha sido nombrada Artista revelación del año en los Premios Bandamax. Los Premios Juventud la distinguieron a mejor canción mariachi-ranchera, por su tema “Dime cómo quieres”, al lado de Christian Nodal. Con este éxito musical, logró algo nunca conseguido por una mexicana, ser la primera artista nacional en entrar a la lista Global 200 de Billboard.
Con apenas siete años, ya recorría junto a su padre algunos importantes escenarios de México y Estados Unidos. La intérprete incluso rememora con gracia y nostalgia que, antes de saber bien hablar español, ya se sabía todas las canciones de su famosos abuelos. En esos años Angelita, como la llaman en su casa, fue invitada a cantar el himno nacional de Estados Unidos para el presidente Barack Obama, en la casa de Antonio Banderas. Quizá un augurio de lo que le depararía.
Defiende el regional mexicano
Si bien hoy el regional mexicano vive un segundo aire con jóvenes intérpretes, las nuevas generaciones se comienzan a interesar por este género que hasta hace pocos años, se pensaba, estaba a punto de extinguirse.
Aun con este favorable escenario, la joven sabe que el género que ha tenido importantes expositoras como su abuela Flor Silvestre, fallecida en 2020, y otras como Lola Beltrán, Lucha Villa y Rocío Dúrcal, entre una decena más, actualmente hay poca representación femenina. Esto hace sentir a Ángela un compromiso con su tradición familiar y con su género, por ello confiesa que le emociona que su público sea mayormente de niñas y adolescentes que la ven como un modelo a seguir.
La joven está consciente del segundo aire que vive la música regional mexicana gracias a jóvenes intérpretes como ella, Christian Nodal o su prima Majo Aguilar, que hacen que millennials y centennials los conviertan a ellos en ídolos.
En 2019 Ángela Aguilar fue nombrada representante artística y de cultural de Zacatecas. Pese al éxito, sigue viendo un problema: la poca representación femenina en el género que hace más de seis décadas encumbró a su abuela Flor Silvestre y a algunas mujeres más.
“Es un género dominado por hombres y es importante tener representación en todos los lugares, siempre debería de haber igualdad. Hay menos mujeres jóvenes en el regional mexicano y eso hace que haya más nominaciones hacia hombres; si algo he aprendido y me he puesto como tarea es invitar a más jóvenes mujeres a cantar este género, a que se animen”, dice.
Imagen a seguir
Hasta ahora, parece que Aguilar ha logrado su cometido, pues este año tuvo su primer palenque en solitario, también su primer concierto sin su padre en la Ciudad de México (logró reunir a más de 17 mil asistentes) y ha creado todo un culto en torno a ella, a su música y su imagen.
Además, tiene su propia muñeca, que se puede adquirir en su tienda online y en sus shows; sus fans también le preguntan a través de redes sociales dónde compra su ropa, dónde y cómo se pinta las uñas y hasta replican su corte de pelo, incluso en varias estéticas de la Ciudad de México ya existe el corte Ángela Aguilar. “Hoy un artista no se puede dar el lujo de solo cantar, un artista ya no es como el de antes y tienes que ser más completo, tienes que cantar, pero también escribir, pero también estar presente en redes sociales, incluso ser emprendedor”, considera.
Ángela también compone, diseña, es influencer (tiene casi 8 millones de seguidores en Instagram) y a la par está tomando clases de actuación, pues quiere seguir los pasos de su abuela Flor Silvestre y hacer cine de ser posible. Se ha convertido en un ícono de la moda para muchas jovencitas y niñas que quieren lucir como ella y se distingue por vestir desde ropa de diseñadores como Versace, hasta confeccionada por artesanos mexicanos.
Por lo pronto, está cantando “La malagueña”, tema principal del nuevo melodrama de Juan Osorio La herencia. “Soy una mujercita tratando de hacer algo diferente con el mariachi, no quiero ser irrespetuosa, quiero honrar las tradiciones, pero quiero evolucionarlas, quiero ponerme un vestido típico pero quiero agregarle Swarovski, una crinolina, hacerlo diferente”, explica Ángela. “He buscado una manera de honrar el legado de la familia y agregar lo mío, lo que mi generación trae, sentirme cómoda al sacar un producto que lleva mi apellido, pero acompañada de mi identidad artística”.