Normal people

Normal people (publicada en español como Gente Normal) es la segunda novela de la escritora irlandesa Sally Rooney y fue publicada en 2018, tras el éxito de su novela debut Conversations with friends (2017).

En abril 2020 se estrenó su adaptación televisiva homónima, que cuenta con doce capítulos en los que la autora se ha involucrado como guionista. Novela y serie han sido alabadas por la crítica, y no es de extrañar porque, aunque lo pueda parecer, Normal people no es una simple y convencional historia de amor; los temas que subyacen tras la historia la dotan de tal profundidad y realismo que resulta inevitable que el público conecte con ella.

En la novela seguimos la historia de amor de Marianne (Daisy Edgar-Jones) y Connell (Paul Mescal) durante varios años, desde sus inicios, en su último año de instituto, y durante la universidad. Un relato marcado por la diferencia de clase (la madre de él es limpiadora en la casa de ella), aunque solo uno de los dos sea consciente, y por los malentendidos y sobreentendidos que se producen cuando somos incapaces de comunicar lo que queremos porque asumimos que la persona que tenemos al lado sabe lo que hay dentro de nuestra cabeza.

A pesar de sus múltiples desencuentros, siempre están destinados a reencontrarse, hasta que se vuelven a perder. Regresan siendo los mismos en esencia, pero habiendo crecido gracias a la presencia del otro en su vida.

La química de sus protagonistas

Muchas veces hablamos de la importancia de que exista química entre actores, esa energía que desprenden dos personas cuando están juntas. Es algo que no se puede explicar y mucho menos fingir, se produce o no, y cuando lo hace, traspasa la pantalla con tanta intensidad que parece magia.

Eso es lo que sentimos cuando vemos a Marianne y a Connell. No podemos imaginar a otros actores encarnando esos papeles, porque se apoderan de sus personajes desde el primer plano. Nos cogen de la mano y no nos sueltan hasta el final de su historia, vivimos junto a ellos cada momento feliz, cada duda y cada malentendido.

Cada vez que se rompen el corazón nos lo rompen también a nosotros. Cada mirada a metros de distancia, cada taza de té que se preparan el uno al otro, cada roce de sus cuerpos y cada silencio transmiten quiénes son, cómo han llegado hasta ahí y nos hace querer saber qué pasará con ellos a partir de ese momento en concreto.

La naturalidad en las escenas de intimidad

Lenny Abrahamson, nominado al Óscar en 2015 por La habitación, dirige la primera mitad de la temporada, y Hettie McDonald (Hit & Miss y Fortitude, entre otras) los seis episodios restantes. El estilo de ambos es un derroche de sensibilidad, el complemento perfecto para esta historia repleta de matices, miradas y silencios que requiere que cada elemento de la narración aporte significado y transmita emociones y pensamientos sin necesidad de la palabra hablada.

Porque Normal people es una serie que retrata la potente conexión entre dos personas, una conexión intelectual y emocional, pero también física. Marianne y Connell sienten una atracción sexual que no pueden ni intentan controlar y las escenas íntimas son parte fundamental tanto de la novela como de la obra filmada.

Para transmitir esa conexión hace falta mucho más que química, que la hay, y en este apartado la serie merece una mención de honor por la puesta en escena que transmite cada emoción con primeros planos, el diseño de sonido que captura cada suspiro, sus respiraciones sincronizadas y el roce de las pieles o con las sábanas; y, por supuesto, el trabajo de la coordinadora de intimidad, Ita O’Brien, que diseñó los movimientos e interacciones de cada encuentro garantizando la seguridad y tranquilidad de los actores durante el rodaje.

El momento del estreno jugó a favor

Normal people se estrenó en el mes de abril del 2020, cuando el planeta entero estaba confinado. Ver una historia en la que el contacto físico, la intimidad y la necesidad de conectar eran tan importantes podría haber causado rechazo porque era algo de lo que estábamos privados en la vida real, vivíamos aislados.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, causó el efecto contrario. Quizá por nostalgia o de modo aspiracional, los espectadores conectaron con la historia de amor de dos personas que no pueden resistir las ganas de tocarse cuando están en una misma habitación y que siguen estando presentes en la vida del otro aunque los separen kilómetros de distancia.

Es precisamente en medio de esa distancia cuando surge una de las escenas más bonitas. Ese momento se produce a través de Skype y los responsables de la serie no podían imaginar cuánto nos iba a interpelar y lo mucho que íbamos a conectar con esa escena en particular, porque durante varios meses hemos vivido a través de nuestras pantallas, y gracias a ese aislamiento nos hemos acercado a amigos y familiares con los que antes hablábamos solo por compromiso en fechas señaladas o una vez al año, con suerte.

Un romance juvenil que ha cautivado a público, crítica y premios

Normal people nunca esconde que es una historia de amor y tampoco necesita disfrazar su romance de drama adulto. Los conflictos de sus protagonistas son propios de la edad que tienen sus personajes, tanto que uno de los puntos de giro de la temporada surge cuando alguien no es invitado al baile de fin de curso. Hay que ver la serie para entender y creer cuánto consigue afectar ese detalle al espectador.

¿Qué temas retoma la serie?

Los principales son el amor, la amistad y el sexo. Normal people ha sido recibida con críticas positivas sobre cómo aborda estos temas, de la misma manera que Rooney lo hace en el libro. A lo largo de los episodios podemos ver cómo estos personajes interactúan y cómo su amistad trasciende a una relación amorosa y sexual, ¡y viceversa!

La relación entre Marianne y Connell es especial —no siempre en un sentido positivo— pero ambos se apoyan mutuamente durante momentos difíciles. El sexo, por su parte, es otro complemento de la historia. A estos se unen otros temas como la violencia intrafamiliar y la depresión juvenil.

¿Por qué debería verla?

La adaptación está bien construida. Sin duda, existen muchos detalles que no fue posible incluir, pero la narrativa contempla los momentos clave de la historia. La serie de la BBC es llevada a la pantalla con diálogos interesantes y escenas sexuales, un tema que ha sorprendido a muchos espectadores, de una manera similar a cómo se leen en el libro.

Aunque algunos detalles de los protagonistas —como lucen en ciertas situaciones— no son completamente fieles a la visión de Rooney, sí dan una mirada interesante al vínculo emocional que tienen los protagonistas. Los actores Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal dan vida a varias de las características de los personajes pero bajo su propia versión.