El escritor estadounidense Paul Auster, a quien en diciembre pasado le diagnosticaron cáncer, sigue luchando para superar la enfermedad, anunció su esposa, la también escritora Siri Hustvedt, en un comunicado.
En un largo boletín en Instagram, acompañado con fotos de la pareja cuando eran jóvenes, la escritora también informó que durante este periodo Auster, de 76 años, terminó una nueva obra titulada Baumgartner, “un pequeño libro tierno y milagroso” que se publicará en noviembre.
Todavía no hemos llegado a la señal que marca el límite del país: está saliendo de Cancerlandia”, como define Hustvedt a este territorio en el que viven los enfermos de cáncer. “Es, dice, un país más “grande de lo que había imaginado”.
Lo que más le ha sorprendido a la autora de obras como El verano sin hombres es la cantidad de gente joven que hay en las salas de espera del centro oncológico que frecuenta con su marido, cuya enfermedad fue anunciada en marzo pasado.
“Sus rostros sin arrugas y sus cuerpos vigorosos no suelen revelar ningún signo de enfermedad. A veces, una bonita gorra cubre su calvicie, el único signo de que están enfermos”, dice.
La escritora recuerda que a diferencia de estos jóvenes, el autor de más de 30 libros traducidos a más de 40 idiomas desde que en 1982 saltó a la fama con La invención de la soledad, unas inquietantes memorias sobre su padre, a la que siguió La trilogía de Nueva York, tiene “muchos años detrás de sí”.
“Puede ser tentador considerar Cancerlandia como un país aburrido, triste y peligroso donde nadie vive realmente, sino que solo espera, un limbo de citas, pruebas, fármacos, exploraciones e infusiones que hay que soportar hasta que el paciente es enviado al cielo de la vida o al infierno de la muerte. Pero eso es un error”, dijo la escritora.