Las parcas negras, las sudaderas Adidas y una horda de cuarentones y cincuentones se apoderaron de las calles de Cardiff para celebrar el regreso de Oasis.
Las calles repletas de cantantes tocaron viejos hits, tiendas vendieron souvenirs, además de los clásicos dragones rojos, lentes redondos y sombreritos con el logo de la banda, la gente hizo fila para entrar a la tienda oficial de la gira, aunque ya casi todo estaba agotado.
Desde la una de la tarde los pubs de la calle St. Mary’s y Working Street estaban abarrotados de fans de todo el mundo que coreaban “Roll with it”, británicos y extranjeros lograron hacerse un boleto para el inicio de la gira Mundial en la capital Galesa, y en la que además de Manchester, Londres y Edimburgo, llegará a lugares como Irlanda, Canadá, Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Corea, Japón y Australia.
A las ocho con quince minutos, con una puntualidad digna de cualquier inglés, y al coro de “Hello”, los Gallagher salieron al escenario para con un público eufórico. “Acquiesce” y “Morning glory” siguieron, hasta que Liam por fin se dirigió a los más de setenta mil asistentes que dieran la espalda al escenario para abrazarse y brincar mientras tocaban “Some might say”.
Después de varios éxitos como “Cigarettes & alcohol”, “Supersonic” y “Roll with it”, y como si tomaran turnos para cantar, Noel tomó la batuta para cantar “Talk tonight”, “Half the world away” y “Little by little”.
Un hit tras otro y apelando a la mejor nostalgia noventera, siguieron algunos éxitos como “Stand by me” y “Whatever”. Los músicos hicieron una pausa para dedicar “Live forever” al jugador portugués Diogo Jota, quien murió en un accidente automovilístico.
En una de las pocas ocasiones en que hablaron a la audiencia, Liam preguntó si valieron la pena las cuatro mil libras que costó el boleto. Tras un gran show y dejar a todos coreando en los pasillos de salida, solo queda esperar que Liam y Noel sigan sin pelearse antes de llegar al concierto en CDMX en septiembre.