Obra de Helen Escobedo en colecciones del mundo
Maquetas de la pieza Cóatl (1979), adquirida por un excurador del MoMA para la colección Hochschild de arte latinoamericano en Perú. Cortesía

El Fondo Artístico Helen Escobedo y la galería Proyectos Monclova unen esfuerzos en favor de la difusión y promoción de la obra de la escultora y gestora cultural mexicana fallecida en 2010, a los 76 años. El esfuerzo consiste en colocar la obra de Escobedo en museos e instituciones porque es la manera en que se documentará, expondrá y publicará, expresa Sandra Cerisola, directora del fondo artístico y de ventas de la galería.

Para la curadora, no se trata de vender arte a cualquiera, sino de colocar la obra en colecciones privadas o públicas con miras a que se sepa donde está y permanezca accesible para préstamos institucionales y documentación. Un cuerpo relevante de la obra solo es para compra de museos.

Aunque algunas piezas están disponibles para el público en general, cuidamos muchísimo que el comprador realmente sea coleccionista. Que no se vaya al mercado secundario, que esté disponible para préstamo en caso de que alguna institución la requiera.

Por ejemplo, una de las dos maquetas de la escultura Cóatl fue adquirida por el excurador del Museo de Arte Moderno en Nueva York Luis Pérez Oramas, para la incipiente colección Hochschild de arte latinoamericano en Perú. La otra maqueta solo se vende a museos.

Tampoco les interesan las subastas. Gran parte de las obras de Helen que salían en puja las compraba su hermano Miguel (abogado, fallecido el 12 de octubre de 2018). Helen siempre quiso que su trabajo se moviera fuera de las galerías, aunque en el principio de su carrera exhibía con la de Arte Mexicano, y luego con las hermanas Pecanins.

Proyectos Monclova hizo una labor muy grande al mandar información sobre Escobedo a los museos del mundo. Ha habido una respuesta positiva de curadores y directores que constantemente piden más información, apunta la entrevistada.

El Fondo Artístico Helen Escobedo está integrado por los hijos de la artista, Michael y Andrea, y Sandra Cerisola, quien empezó a trabajar con ellos hace tres años y con la galería hace dos. La obra estaba principalmente en una bodega en San Miguel de Allende.