Olmo: un retrato migrante del E.U.

Olmo: un retrato migrante del E.U.

Entre emotivos aplausos se presentó Olmo en el Kursaal, sede principal del Festival de San Sebastián. La película dirigida por Fernando Eimbcke compite en la sección Horizontes Latinos, tras su estreno en la Berlinale 2025 y después de obtener el Premio del Jurado en el Festival de Deauville.

Esta historia ambientada en 1979 en Nuevo México retrata a Olmo, un adolescente mexicano de 14 años que debe encargarse de su padre enfermo, mientras lucha por vivir su juventud. Es un relato entrañable y profundo con sentido del humor.

Es un viaje de formación (coming of age) que conmueve y posee diversas capas de significado llenas de frescura. Pero también pone un pie en la actualidad pues, como reflexiona el realizador mexicano, ¿qué pasaría si Olmo y su mejor amigo Miguel vivieran en E.U. hoy?

En su película ambos son hijos de mexicanos migrantes que crecieron en la frontera, hablando dos lenguas y configurando su mundo con tradiciones y valores que se mezclan. La respuesta a cómo estarían esos chicos actualmente es evidente: “Lo que estarían viviendo sería horrible, no lo quiero ni pensar”, aseguró el realizador.

Eimbcke filmó esta película en Nuevo México en 2022, durante el gobierno de Joe Biden. “Desde entonces ya se sentía una presión, un rechazo hacia los migrantes. Pero lo que ha pasado ahora con las redadas y las políticas cada vez más duras nadie lo habría imaginado a ese nivel”, reflexionó.

También contó que, en la ciudad de Los Ángeles, durante la posproducción, vivió una experiencia cero agradable “En algunos sitios ya no aceptaban pagos en efectivo. ¿Qué pasa con alguien que no está bancarizado? Me parecía un síntoma brutal de exclusión”, dijo.

Sin embargo, también se dio cuenta del potencial y el poder que tienen los grupos de mexicanos que se unen y encuentran siempre la forma de salir adelante. “Acabé comiendo en los puestos de comida ambulante (food trucks) llevados por mexicanos, que siempre están dispuestos a ofrecer una alternativa. Me encantaba ver y conversar con las personas que te venden, y en esos momentos me cayó el veinte de cómo el poder de los migrantes es brutal”.

Para el director, el cine que aborda la migración debe ser emocional antes que discursivo. “La fuerza de la comunidad migrante está en lo colectivo, en la resistencia diaria”, afirmó. “Hay un miedo enorme a la fuerza de esa gente, a su capacidad de permanecer en condiciones imposibles, por ello se les oprime”.