Paca, una opción para los lectores
Vendedor del tianguis de libros de la Lagunilla. Cortesía

Al igual que existen puestos de paca de ropa de todas las marcas y un sinfín de prendas a buen costo en la Ciudad de México, y también existe la paca de libros. En este lugar puedes encontrar toda clase de ejemplares de segunda mano, a precios que van desde los cinco pesos, abarcando temas de literatura, poesía, arte, cuentos, historia, novelas y hasta textos académicos.

Este sitio se encuentra al salir de la estación del Metro Lagunilla, y se instala solo los domingos. Lo que hace muy único este espacio son sus precios accesibles ante cualquier clase de texto, ya que en la actualidad un libro en promedio cuesta más de 250 pesos de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.

El pasado 1 de diciembre el tianguis de libros de la Lagunilla cumplió su 75 aniversario, por lo que se decidió hacer un recorrido por la paca y conocer más acerca de este lugar tan peculiar.

Vendedor

Luis Felipe López López comenta que tiene 45 años en el negocio y que antes llegaron a ser 270 socios abarcando tres hileras, sin embargo, indicó que a causa de la pandemia muchos libreros, como se refieren a los comerciantes de este tianguis, desertaron.

En la actualidad, en la Lagunilla solo quedan 80 comerciantes dedicados a la venta de libros. Dentro del mismo tianguis existen dos tipos de puestos, primero el de paca, en el cual los ejemplares se encuentran amontonados y el lector puede ir viendo y decide cuál comprar, en donde los precios varían entre los cinco a diez pesos.

El segundo tipo de puesto es donde los vendedores escogen libros en particular, los ponen con plástico y los acomodan en su mesa para que el público pueda interesarse en alguno, estos rondan entre los 50 y 100 pesos. Algo a remarcar es que en ambos tipos de puestos los libros son de segunda mano.

De acuerdo con Luis Felipe, todo el espacio que abarcan los libreros, no debería haber otra cosa más que libros, ya que los comerciantes pagan todo ese lugar, no obstante, debido a la pérdida y deserción de los mismos, se lo rentan a otros puestos.

Herencia

Rosa María Benítez, otra librera, comparte que su suegro fue uno de los fundadores del tianguis, pero con la muerte de su esposo tuvo que considerar meterse en el negocio. “El tianguis tiene 75 años y yo tengo 11 años desde que decidí meterme en el negocio familiar”, expresó.

Una de las preguntas que se les hizo a los libreros fue que de dónde conseguían los libros, ya que el costo es muy bajo para tratarse de obras de poesía, arte e incluso de medicina, los cuales pueden llegar a ser muy poco accesibles por los precios. “Los libros son comprados en depósitos, al igual que hay gente que decide donarlos”, mencionó José Luis Cruz, uno de los libreros de paca. “Busco en varios tianguis, depósitos de periódicos, bibliotecas, todo en los precios más económicos”, señaló Luis Felipe.

“Nosotros vamos a bodegas y ahí los compramos, hay veces que nos podemos encontrar 10 o 15 libros”, comentó Rosa María Benítez. Referente calidad de los ejemplares, señaló: “Organizamos los libros, ya que tienen que estar en buena presentación, si no tampoco nos los compran, libro que veamos ya maltratado se desecha”.

Sin embargo, en otros puestos consideran que no tienen filtros, siempre y cuando se puedan leer. “Si están las hojas tostadas o doradas por la humedad y si están subrayadas las hojas el valor del libro se pierde, pero le aviso al cliente si se lo puedo dar más barato”, aclara Luis Felipe López López.

Una joya

“Aquí el libro más feo puede ser una joya para cualquier lector, aunque se estén deshojando pueden ser libros que jamás vuelvan a ver en su vida. Son joyas que pasan una vez por sus manos”, expresó José Luis Cruz.

Lo que más atrae a los lectores a comprar en libros de paca es el encontrar el “romanticismo” en cada texto encontrado, pues el olor peculiar y las texturas son lo que les llama la atención. “Me agradan más los libros de paca, por el olor, el color de la hoja, la textura, es más como esa parte del romanticismo en la lectura”, destaca Javier Corona, lector constante.

Sin embargo, otros consideraron que si bien no se apoya directamente a la editorial o al autor, es bueno que la gente se interese por la lectura: “Siento que no se puede apoyar directamente a la editorial, pero hay que tener en cuenta que es bueno para las personas que no tienen el dinero para comprar libros”.

Respecto a ejemplar más raro y caro que ha vendido, Luis Felipe López indica que “ha sido en cinco mil pesos, de San Cipriano, con una portada de madera con relieve de la figura del diablo”.