Pandora, un planeta sin IA

Pandora, un planeta sin IA

Hay dos cosas que pueden enojar a James Cameron: que le digan que sus películas de Avatar fueron hechas solo por computadora y que los actores solo se presentaron a darles voz en una cabina de sonido.

El realizador de 71 años, quien encabezó la premier mundial en el Teatro Chino de esta ciudad con Avatar: fuego y cenizas, confía en que, en esta tercera entrega fílmica, quede claro que la producción involucra a humanos de principio a fin en su manufactura.

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Desde el estreno del primer filme (2009) y en su secuela El camino del agua (2022), la audiencia experimentó la sensación de caminar sobre el planeta Pandora, que en el año 2154 es colonizado por humanos que transportan sus conciencias a avatares con la misma genética que los nativos de piel azul, los Na’Vi.

Cameron explica que usó la técnica performance capture (captura de actuación), rodeando a sus actores con centenas de cámaras que registraron sus movimientos para que sus artistas digitales los vistieran con una textura de animación hiperrealista, además de mostrar en pantalla lo que sería caminar o nadar en océanos poblados de vegetación y criaturas.

“Mucha gente cree que usamos IA generativa en nuestras películas de ‘Avatar’, pero nunca ha sido el caso. Cero se ha usado. Más de 2 mil artistas han trabajado en estas películas durante cuatro años cada una. Este es el resultado de la creatividad humana”, explicó que el ganador de tres premios Óscar en entrevista.

Pero Cameron sabe que es fácil para la audiencia pensar que la cinta se hizo en computadoras. “Siempre digo: también un carro se mueve por una computadora y cuando lo conduzco estoy usándola. Las computadoras no hacen arte ni tampoco crean historias”, señala.

El realizador dice no temerle a la tecnología e incluso estar abierto a su evolución, así como a la presencia de la IA en la cinematografía: “No tiene que afectar negativamente a la humanidad. Como creadores de historias, debemos responder cómo queremos usar la IA y evitar que sea abusada. Quiero que nos ayude en el flujo de trabajo”.

De hecho, dice, desde que surgió la primera experiencia digital, quiso explorar sus límites y creó su compañía de efectos Digital Domain. Pero esto no interfiere con la creatividad humana. “Amo tanto escribir escenas como trabajar con los actores. Si ves, por ejemplo, ‘Avatar 2’, vas a llorar al final y en esta tercera parte vas a llorar más de una vez”.

En Avatar: fuego y cenizas regresan Sam Worthington, como el soldado renegado Jake Sully casado con la Na’Vi, Neytiri (Zoe Saldaña) y Sigourney Weaver, quien interpreta a Kiri, hija adoptiva de la pareja.

Kate Winslet vuelve a ser Ronal, líder de la tribu del agua Metkayina, y Stephen Lang es el humano coronel vuelto alienígena, Miles Quaritch, cazador de los protagonistas.

La historia sucede unas semanas después del final de Avatar: el camino del agua y contrapone la luz a la oscuridad. “Al igual que lo hemos hecho desde el filme de 2009, nuestra carta de presentación es la belleza de este mundo, pero aquí la amenaza es que pueda ser destruido”, refiere.

“Antes nos conmovía pensar que la hermosura de las culturas de Pandora y la inocencia de sus pobladores fueran amenazadas por la llegada de los humanos, pero ahora, en esta película, sumamos una amenaza geológica relacionada con la presencia de cenizas volcánicas en el medio ambiente, lo cual subirá la tensión entre los clanes y provocará una guerra”, señala Cameron, quien introduce a la líder del clan de las cenizas, Varang (Oona Chaplin), como el personaje que pone en jaque a Sully, familia y aliados.

¿Qué sigue?

Cameron aclara que la película no concluye con puntos suspensivos en su historia sobre lo que podría suceder en Avatar 4 y Avatar 5, a estrenarse en 2029 y en 2031. En las cintas de Avatar, explica, hay tres tipos de voz que llevan a conectar con el lado espiritual de la historia.

“No significa que sea forzosamente religioso: tienes estos lugares sagrados como el Árbol de las Almas y el Árbol Espiritual, que está bajo el agua y conocemos en ‘Avatar 2’. Ahora en ‘Avatar 3’ te vamos a llevar a profundizar más la presencia espiritual, hablando sobre la experiencia de morir y cómo puedes cruzarte con los ancestros que se manifiestan según como ellos deseen”, detalla.

En días recientes, el cineasta canadiense ha manifestado que, pese a que las primeras cintas generaron 5.2 mil millones de dólares alrededor del mundo y las acciones de los actores del cuarto filme ya se han capturado, aún no sabe si se podrán ver en pantalla estas dos últimas producciones, dado el alza de costos de producción.