Esculturas para reconectar fuera del mundo bidimensional de las pantallas, esta podría ser una de las lecturas que se le puede dar en la actualidad a la obra de la artista venezolana Gego (Hamburgo, 1912-Caracas, 1994), de quien se inaugura la retrospectiva Gego: Midiendo el infinito, en el Museo Jumex.
“Ahora que vivimos inmersos en una imagen digital, hace que cada vez sea más importante volver a tener una experiencia real. Lo que hace el trabajo de Gego es que permite esta inmersión en estas estructuras tridimensionales, que remiten a las estructuras sociales y a las conexiones con el cosmos”, declara en entrevista el curador de la exposición, Pablo León de la Barra, quien destaca que la obra de esta artista puede revisarse desde varias lecturas por una característica: su atemporalidad.
La muestra reúne cerca de 120 obras de la artista que huyó de la Alemania nazi y se nacionalizó como venezolana. Goldschmidt era una arquitecta e ingeniera, que al momento de exiliarse en Venezuela se dedicó al diseño de muebles. Fue a los 40 años, tras su divorcio, que comenzó su carrera como artista.
Entre las piezas expuestas se encuentran dibujos, acuarelas y esculturas, entre las que destacan 18 esculturas que forman parte de sus series más famosas: Chorros, Troncos y Esferas. Estas esculturas las realizó en la década de los 60 y son con las que “reta” la idea de escultura, señala el curador, pues contrario a las piezas de gran tamaño y peso que hicieron sus contemporáneos, Gego apostó por una escultura delicada, ligera, hecha a base de alambres que por su finura casi se pierden en las salas blancas de los museos.