“Quise escribir una novela sobre mi familia, sobre mis padres, mis abuelos, mis hermanos, mis maestros, mis amigos, mis compañeros de clase, donde el gran escenario es la ciudad de Tijuana de los años 60 y 70”, asegura el promotor cultural tijuanense y exagregado cultural en San Diego, Pedro Ochoa, al hablar de su obra Y muy tarde comprendí (Ediciones Alternas), que presentan Juan Villoro y Guadalupe Loaeza, moderados por Gerardo Estrada en la Casa Jesús Reyes Heroles, ubicada en Francisco Sosa 202, Santa Catarina, Coyoacán.
Desde “la dulce nostalgia” y desde el recuerdo, Ochoa cuenta la historia de una familia tijuanense y una ciudad “siempre maltratada y siempre incomprendida. Tijuana siempre es nota roja. Tijuana siempre destaca por los números negativos, los asesinatos, el tráfico, los problemas; y yo quise contar la otra parte, es decir, lo que hacemos los tijuanenses como diría Federico Campbell los de la escuela, los de la empresa, los de la vida académica, los de la incipiente vida cultural de Tijuana que a mí me tocó vivir, las personas que yo admiré en ese entorno de la actividad cultural que estaba surgiendo a finales de los 60 principios de los 70”.
Lo que quiso en esta “novelografía” fue rescatar cómo era la vida cotidiana “fronteriza, provinciana con vecindad y la cercanía con San Diego”, en la que permea la fuerza del nacionalismo “representado por mi padre que siempre prefirió quedarse en Tijuana y formarnos en Tijuana, con valores mexicanos”.
Ochoa, exdirector del centro cultural Tijuana, asegura que “es una novela nostálgica” sobre la ciudad. “Soy completamente peninsular, mi madre es de Baja California; y por el lado de mi padre, soy un hijo más de las migraciones mexicanas”, señala Ochoa, quien celebra que su primera novela sea presentada el día en que Tijuana cumple 135 años de fundación. Además, fue testigo del estreno de la obra “Balada para Pedro Ochoa”, de Tino Contreras, interpretada por David Rodríguez de la Peña.