La película española “El cadáver de Anna Fritz”, ópera prima del director Héctor Hernández Vicens, habitual guionista de series situadas en las antípodas como la infantil “Los Lunnies”, llevó al Festival de Cine Fantástico de Sitges el debate sobre la moralidad de la necrofilia.
El argumento del filme es bien sencillo: la célebre actriz Anna Fritz ha fallecido, dejando un cadáver tan joven y bello que cuando tres amigos se cuelan en la morgue para contemplarla, no pueden resistirse a la tentación de traspasar los límites y deciden practicar sexo con el cuerpo inerte. El punto de inflexión de la trama se produce muy pronto, cuando la actriz despierta de su muerte.
Hernández Vicens relató que encontró en Google la noticia de una muerta que había despertado tras ser violada. “Pero la necrofilia, en sí misma, no me interesaba, sino la situación extrema a la que se enfrentan todos los personajes”, aclaró.
No ve grandes diferencia entre su trabajo como guionista o como director, pues “escribir y dirigir tiene mucho en común, pues cuando escribes un guión tienes una historia en la cabeza, y cuando diriges has de montar lo que tienes en la cabeza”.
Opina que ni siquiera es tan diferente su trabajo en esta película del que hacía para la serie infantil de Televisión Española: “Con los Lunnies escribí muchas historias de terror, pero pensando en un público infantil, por tanto no podía hablar de muñecos practicando sexo con otro muñeco muerto”.